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El legado feminista del papa Francisco: qué pasará con el rol de la mujer en la Iglesia
Francisco promovió, como nunca antes, el ascenso de mujeres a puestos clave del Vaticano. Con su muerte, surge la incógnita sobre si su sucesor mantendrá la apertura hacia una mayor igualdad de género en la Iglesia católica.
POR REDACCIÓN
“Un mundo en el que las mujeres son marginadas es un mundo estéril”. Con esa frase, el papa Francisco sintetizó una de sus banderas más disruptivas dentro de la Iglesia católica: la apertura hacia una mayor inclusión femenina en espacios de decisión. Su muerte este lunes en Roma deja no solo un vacío espiritual y político, sino también la pregunta de si su sucesor mantendrá este rumbo.
Desde que asumió el papado en 2013, Jorge Mario Bergoglio encabezó una transformación progresiva dentro del Vaticano. Más allá de los gestos simbólicos, su gestión fue marcada por decisiones concretas que desafiaron siglos de tradición patriarcal. Entre ellas, la más destacada fue el nombramiento de mujeres en cargos estratégicos del gobierno vaticano, algo impensado hasta hace apenas una década.
El caso Petrini y una puerta que parecía cerrada
El momento más emblemático se dio en febrero de 2025, cuando el Papa nombró a la religiosa franciscana Raffaella Petrini como vicaria general del Gobernatorato del Vaticano. El anuncio sorprendió al mundo y fue interpretado como una señal clara de hasta dónde Francisco estaba dispuesto a llegar para modificar estructuras internas.
Hasta entonces, ese puesto clave —una especie de número dos en la administración del Estado Vaticano— había estado reservado para clérigos varones. Petrini, que ya se desempeñaba como secretaria general del mismo organismo, se convirtió así en la primera mujer en ocupar esa jerarquía. El Vaticano oficializó el nombramiento mientras Francisco permanecía hospitalizado por una infección respiratoria que lo mantuvo internado 38 días. La publicación, en medio de su frágil estado de salud, dejó entrever que el Papa tenía prisa por dejar marcados algunos hitos antes del final.
¿Continuará el cambio?
El sacerdocio sigue vedado a las mujeres, y Francisco, si bien impulsó avances, evitó tocar ese tema de forma directa. Aun así, su papado sentó las bases para una mayor equidad. El desafío ahora será para su sucesor: ¿tomará el testigo o devolverá a las mujeres al margen de las decisiones?
En muchas comunidades católicas, especialmente en América Latina y África, las mujeres son el sostén cotidiano de la fe: lideran actividades, sostienen la vida parroquial y promueven la doctrina en los sectores más vulnerables. Sin embargo, su participación formal en el poder eclesiástico sigue siendo limitada.
El interregno que comienza en el Vaticano abre múltiples interrogantes. Uno de ellos, tan central como silencioso, será si la Iglesia mantendrá abierta la puerta que Francisco entreabrió para que las mujeres dejen de ser “colaboradoras invisibles” y pasen a ser protagonistas. La historia dirá si su gesto fue un punto de inflexión o una excepción.