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Empanadas de quinoa, la revolución gastronómica de una sanjuanina que combina sabor y nutrición
Nacida con la impronta de ser ricas y nutritivas, las empanadas utilizan el sabor regional con un alimento ancestral.
El dorado de la masa invita, anticipa, hace funcionar el deseo. Una vez abierta, la empanada puede llevar desde porotos a membrillo y siempre quinoa. El aroma invade todo. Que algo sea tan apetecible y nutritivo parece una contradicción. Esa es la revolución que propone Soledad Romano con “La bella verde”, su emprendimiento gastronómico que lleva como estandarte la empanada de quinoa.
“La bella verde” nació, o con más precisión, toma el nombre, de una película francesa de 1996 en la que una extraterrestre conoce el mundo y ve sus contradicciones y carencias hasta que contacta con culturas ancestrales. El emprendimiento ya lleva ocho años funcionando, al principio haciendo viandas vegetarianas, y en pandemia tomó el rumbo que ahora la define.
El germen de la empanada de quinoa surgió de un desafío y una conversación, de ver más allá de lo que ya se hacía. Según cuenta Soledad la idea era mantener la idea de cocina saludable, que sea congelado para la practicidad al momento de comer e innovador. Con esto, hablando con una amiga de Barreal apareció la quinoa.
Sole fue hasta una herborestería, compró la semilla y algunos ingredientes más y lo que vino después fue la investigación, la prueba, el error y la intuición.
“En la cocina pasa eso, una va probando, va haciendo alquimia de todos los ingredientes”, comenta.
Las empanadas vienen congeladas, en bandejas, lista para ser calentadas, pero el proceso previo va desde la selección de los ingredientes, pasando por el contacto con la producción agroecológica. Es que hasta las variedades surgen de algo tan elemental como la intuición y el probar. “Primero me tiene que gustar a mi”, dice Soledad entre risas.
Las variedades son diversas. Entre las saladas se encuentran: la variedad altiplano, que lleva choclo y salsa blanca; la americana, con poroto aduki y salsa barbacoa; la oriental que consiste en vegetales salteados y salsa de soja; la mexica con porotos negros, papa y jalapeños; y la pocitana que incluye espinaca y choclo. Del lado de las variedades dulces están: la calingastina con membrillo y manzana y delicias que lleva alcayota y nuez.
Soledad comenta que los nombres vienen de marcar la impronta del origen, es que ella es de Santa Fe y hace 11 años que vive en la provincia. Esa acojida de una tierra ajena la incorpora en los detalles.
Prácticas y nutritivas, así las define. Es que entre los beneficios que tiene esta semilla es que en comparación con otros granos integrales, es relativamente rica en proteínas, hierro y magnesio. También es rica en vitaminas del complejo B, vitamina C, E, y tiene un alto contenido de minerales, tales como fósforo, potasio, y calcio entre otros. Y posee un alto cometido de almidón permite que sea usada habitualmente como un cereal.
Lo que vendrá
Pero este recorrido no termina aquí. Soledad probó primero con la soja y si bien en la cocina vegetariana es popular, no le gustó del todo. Después un poco por búsqueda y otro poco por su gusto por la historia terminó de definirse por la quinoa. Es que esta semilla es parte de la alta cocina andina y hasta era usada en los rituales de cosecha.
Es así que la que alguna vez fue empleada bancaria, ahora innova en la cocina regional. Con un cariño en el detalle, con una intención de reunir y alimentar Soledad abrirá un local de comida congelada en Rawson. El local tiene el objetivo de mantener el espíritu que inició el emprendimiento de empanadas en el que participarán además otros emprendimientos llevados adelante por mujeres.
En el mientras tanto, quienes deseen probar alguna de las variedades, lo podrán hacer en su perfil de Instagram: @la.bellaverde.