Judiciales > Insólito hecho
Empleada infiel de un supermercado de Jáchal zafó de ir a la cárcel
Una joven aprovechó que sus patrones no estaban en el negocio y sacó $6.000.000 de una caja fuerte. Fue descubierta porque a las dos horas del robo, había ido a comprar ropa por un monto abultado en un negocio cercano. La empleada infiel igual zafó de la cárcel.
Por Germán González
Increíble es la historia de un robo que sucedió en el departamento Jáchal. Una joven ingresó al almacén donde trabajaba para dos hermanos de apellido Romero y sabiendo que estos no se encontraban, entró a la habitación de la caja fuerte, rompió el candado y sustrajo un total de $6.000.000. Lejos estuvo de ser el robo perfecto. La empleada infiel de apellido Mirella fue a comprar con el dinero del botín ropa por una gran cantidad, situación que la dejó al descubierto. A pesar de todo, la mujer zafó de ir a la cárcel, ya que recibió una condena de dos meses de prisión en suspenso por el delito de robo.
El robo ocurrió este martes feriado en Almacén Maru, situado en calles 25 de Mayo y General Paz, Jáchal. La joven entró en horas de la siesta al local, aprovechando que los hermanos Romero no estaban, se tapó con una frazada para no ser registrada por las cámaras de seguridad y sacó el dinero en efectivo. Las víctimas se encontraron con la situación al regresar a las 17 horas al negocio, pero de inmediato se dieron cuenta que el sospechoso podía ser una mujer, debido al jean que usaba y las zapatillas.
La principal sospechosa, desde un principio, fue la empleada infiel. Es que ese mismo día, se había acercado por el local, a pesar de que no debía trabajar porque tenía franco o estaba vacaciones, según las fuentes judiciales de la UFI Norte. El cuerpo de la brigada fue tras sus pasos y las dos horas la encontraron in fraganti, comprando ropa por $150.000 en la Regalería El Gato, a unas cuadras del lugar del robo. Cuando los efectivos la abordaron para preguntarle de donde había sacado el dinero, la joven no pudo ocultar la verdad y se incriminó.
Finalmente, el cuerpo de investigadores del fiscal del caso, Gastón Salvio, encontró el resto del botín en una caja de zapato roja, tirada en un descampado a pocas cuadras de la casa de la imputada y recientemente condenada. Allí la joven había ocultado el dinero para no tenerlo guardado en su domicilio. Igualmente, fue descubierta y atrapada.
Mirella no podrá acercarse más al almacén donde trabajaba y tampoco contactarse o acercarse a sus ex patrones.