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Escalada en las ejecuciones en Irán: 11 personas mueren en un solo día
En un acto de represión, Irán ejecutó a 11 personas en un solo día, incluyendo una mujer y un ciudadano afgano, en varias ciudades del país. Las organizaciones de derechos humanos condenan la medida y expresan preocupación por el incremento de ejecuciones, muchas veces con procesos judiciales irregulares.
POR REDACCIÓN
En un contexto de creciente represión y alarmante uso de la pena de muerte, el régimen de Irán ejecutó el domingo a al menos once personas en varias ciudades, incluyendo Yasuj, Tabriz, Zahedan y Rasht. Entre las personas ejecutadas se encuentran una mujer y un ciudadano afgano, en un hecho que ha generado fuertes críticas de organizaciones internacionales de derechos humanos. Las ejecuciones fueron llevadas a cabo por delitos relacionados con homicidios y drogas, en lo que parece ser parte de una estrategia cada vez más estricta de disuasión y control social.
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El gobierno iraní confirmó que tres de estas ejecuciones ocurrieron en las prisiones de Yasuj y Tabriz. Uno de los casos más llamativos fue el de Saman Karimi, un joven de 25 años condenado por homicidio, quien fue ejecutado en Yasuj después de un proceso judicial que, según activistas, presentó irregularidades. En Tabriz, Mahrokh Khani, de 35 años, y Kazem Babaei, de aproximadamente 45, fueron ejecutados por delitos de drogas. Khani, quien trabajaba en un taller de costura antes de su arresto, había estado encarcelada por cuatro años, mientras que Babaei llevaba más de dos años y medio detenido antes de su ejecución.
En la prisión de Zahedan, fue ejecutado Mohammad Nabi Papalzehi, un ciudadano afgano acusado de delitos de drogas, lo que ha encendido las alarmas en la comunidad internacional, dada la preocupación por las garantías legales en su proceso judicial. Amnistía Internacional y otras organizaciones han denunciado el uso excesivo de la pena de muerte en Irán, destacando que el país tiene uno de los índices de ejecuciones más altos del mundo, especialmente por delitos de drogas y otros delitos que frecuentemente no tienen un debido proceso.
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En medio de estas ejecuciones, la activista política kurda Varishe Moradi fue también condenada a muerte. Moradi, defensora de los derechos de las mujeres, fue acusada de "rebelión armada contra el Estado", en un proceso que organizaciones pro derechos humanos han calificado como represivo. La activista, encarcelada desde agosto de 2023 en la prisión de Evin, recientemente realizó una huelga de hambre de 20 días en protesta contra las sentencias de muerte dictadas a activistas, y su caso ha sido un llamado de alerta sobre la situación de los derechos humanos en Irán.