La tumba del Papa Francisco: un reflejo de su humildad y devoción mariana

El Papa Francisco, fallecido el pasado lunes 21 de abril a los 88 años, será sepultado este sábado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, cumpliendo así su deseo de reposar en un lugar que simboliza su profunda devoción a la Virgen María. La tumba, ubicada entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, estará marcada por una sencilla losa de mármol con la inscripción "Franciscus" y una reproducción en plata de su cruz pectoral. ​

El diseño de la sepultura refleja el compromiso del pontífice con la austeridad y la sencillez. En su testamento, Francisco especificó que su entierro debía ser modesto y sin ornamentos, rompiendo con la tradición de los ataúdes triples al optar por uno elaborado en madera y zinc. En su interior se colocarán objetos simbólicos que representan su vida y espiritualidad, como un rosario, monedas acuñadas durante su pontificado y un resumen de sus principales encíclicas. ​

La elección de la Basílica de Santa María la Mayor como lugar de descanso final está profundamente ligada a la devoción personal del Papa Francisco por la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, ubicada en la Capilla Paulina de este templo. Francisco visitaba esta basílica antes y después de cada viaje apostólico para encomendarse a la Virgen. ​

El funeral de Estado se celebrará el sábado 26 de abril en la Plaza de San Pedro, con la asistencia de líderes internacionales como Donald Trump y Felipe VI. Tras la ceremonia, los restos del pontífice serán trasladados en procesión hacia la Basílica de Santa María la Mayor. A partir del domingo 27 de abril, la tumba estará abierta al público para su visita. ​

El legado del Papa Francisco, caracterizado por su cercanía con los más necesitados y su firme compromiso con la paz y la misericordia, quedará inmortalizado en esta tumba sencilla, coherente con su vida y enseñanzas. ​