Las palabras de Franco Colapinto que son tendencia en el mundo

Franco Colapinto, el piloto argentino que ha deslumbrado en la Fórmula 1, recientemente fue el protagonista en uno de los programas de televisión más populares de España, “El Hormiguero”, conducido por Pablo Motos. Mientras se prepara para su próximo desafío en el Gran Premio de Estados Unidos en Austin, el argentino hizo una aparición que dejó momentos inolvidables y mostró su carismática personalidad, además de compartir anécdotas curiosas de su vida como piloto.

Con una mezcla de humor y sinceridad, Franco Colapinto relató lo complicado que es entrenar su cuello para soportar las exigencias de los autos de Fórmula 1: “Es desagradable, es lo menos sexy. Tenes un coso acá en la cabeza que pareces que te están haciendo no sé... ¿Viste a los perros cuando les ponen el bozal? Te ponen un bozal y te tiran así, tenés el cuello que se te va a la mierda”.

“Después te queda un dolor de cervicales, un dolor de cervicales que no podes ni moverte. A la noche te quedas duro con la almohada tipo Robocop. Después te queda el cuello muy grande que se te sale de las orejas, es asqueroso. ¿Qué le pasó a este chico en el cuello? Pareces un rugbier más que un piloto de Fórmula 1″, continúo explicando Franco, lo que generó risas en el público e incluso también en el presentador del programa.

Franco Colapinto es viral por sus declaraciones

Uno de los momentos más destacados del programa fue cuando Motos midió el diámetro del cuello de Franco Colapinto, y ambos se sorprendieron al descubrir que era de 43 centímetros, el mismo número que el piloto lleva en su monoplaza. “¿¡43!? Como mi número, boludo. Mi número es el 43″, comentó el joven de 21 años. Luego explicó que eligió ese número en homenaje a su padre, quien también lo usaba durante su carrera en categorías zonales en Argentina.

El piloto argentino también compartió una anécdota que dejó a todos boquiabiertos, cómo, en sus primeros años, se bañaba con el buzo antiflama puesto en los hoteles: “Lavarlo es complicado porque no sabía bien y un día puse uno en el lavarropa, agarró calor y se me achicó. De chico iba mucho a hoteles y a veces hay que hacer algo más dinámico. Entonces me ponía el shampoo y cuando iba cayendo me bañaba con el mono (buzo antiflama). Después me lo sacaba y me bañaba solo. Lo secaba con el secador. Los hoteles me odian. Ya no lo hago más igual”.

Además, Colapinto mencionó las dificultades del volante de su monoplaza. “Hay muchos botones rojos que es mejor no tocarlos. Y hay cosas que tenés que tocar todo el tiempo. Después tenés un chabón que te está hablando todo el tiempo por la radio y yo apenas podía ir por el asfalto. Un francés me hablaba en inglés con un acento del choto y para entender qué botón tenía que apretar tardaba mucho”. Franco sigue captando la atención de los fanáticos y mostrando su carácter relajado fuera de la pista.