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Las personas que no están aptas para adoptar, según el RUA San Juan
Las personas que no están aptas para adoptar son un grupo minoritario, según el Registro Único de Adopción (RUA) San Juan.
POR REDACCIÓN
El Registro Único de Adopción (RUA) establece un proceso meticuloso para evaluar a los postulantes a la adopción, asegurando que quienes buscan adoptar cumplan con ciertos criterios esenciales. Existen situaciones específicas en las que una persona no es considerada apta para adoptar. Según la información del RUA, las únicas personas que no pueden adoptar son aquellas que no están en pleno uso de sus facultades mentales, tienen antecedentes penales o antecedentes de violencia, según la información proporcionada por la psicóloga Mónica Basso y la trabajadora social Leonor Moral a DIARIO HUARPE.
El sistema de adopción permite a personas con trastornos de salud mental, como ansiedad o bipolaridad, adoptar siempre y cuando se encuentren bajo tratamiento médico adecuado. Es fundamental que estos postulantes hagan terapia y mantengan un seguimiento regular con un psiquiatra, asegurando que su condición esté bajo control y no afecte negativamente su capacidad para criar a un niño, según informaron profesionales del RUA.
Cada caso es único y personal, y existen situaciones significativas que pueden determinar la inelegibilidad de un postulante. El RUA prioriza siempre el interés superior del niño. En muchos casos, se acompaña y orienta a los postulantes, buscando recursos externos para resolver indicadores no favorables que interfieren en sus aptitudes personales y familiares para adoptar.
Hay casos particulares en que las personas quedan excluidas para adoptar, y estos casos son cuando el postulante tiene antecedentes penales, sobre todo si están relacionados con causas en las que las víctimas son niños.
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Entrevistas psicológicas
El equipo interdisciplinario del mencionado ente, compuesto por psicólogas y trabajadoras sociales, desempeña un papel crucial en la evaluación de los postulantes. Durante la primera etapa de inscripción, se llevan a cabo entrevistas individuales y familiares para evaluar las aptitudes y capacidades parentales adoptivas de los solicitantes.
Una vez que un juez de familia selecciona a los postulantes para iniciar un proceso de vinculación con un niño, el equipo del RUA interviene nuevamente. En esta fase, se realizan entrevistas para evaluar la relación entre el niño y los adoptantes, proporcionando seguimiento y orientación profesional hasta que el juez otorgue la adopción plena.
Talleres
El RUA organiza dos talleres obligatorios para los postulantes durante el proceso de inscripción:
- Taller informativo: proporciona información sobre el proceso legal de inscripción.
- Taller vivencial: permite a los postulantes compartir sus motivaciones y experiencias, y recibir testimonios de familias adoptivas. Los profesionales del RUA también desmitifican creencias sobre la adopción y aplican técnicas vivenciales para fomentar la interacción entre los postulantes.
Tiempo de espera
El RUA también aborda el tiempo de espera de los postulantes, derivándolos a terapia psicológica para manejar ansiedades y sentimientos durante esta etapa. Además, se los motiva a participar en encuentros de padres adoptivos y charlas organizadas por el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (DNRUA), preparando a los futuros padres para un maternaje y paternaje adoptivo responsable.
Proceso de vinculación
Durante el proceso de vinculación, el equipo técnico del RUA realiza entrevistas de evaluación tanto a los niños como a la familia adoptiva. Estas entrevistas se llevan a cabo en el RUA y en el domicilio familiar, evaluando la situación ambiental y las redes de contención. El equipo interdisciplinario interviene en todas las etapas de vinculación, guarda adoptiva y adopción plena, observando y fortaleciendo la relación afectiva parental-filial.
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Frustración tras una vinculación fallida
En casos de vinculación fallida, el juez puede ordenar una reevaluación de los guardadores. El equipo técnico evalúa los factores que llevaron al fracaso del vínculo adoptivo, derivando a los postulantes a terapia psicológica y dando tiempo para superar conflictos y cambiar conductas. Se prioriza el interés superior del niño, protegiendo su bienestar emocional y su derecho a crecer en una familia.
El RUA se esfuerza por asegurar que cada adopción sea exitosa y que tanto los niños como los adoptantes reciban el apoyo y la orientación necesarios para construir un vínculo fuerte y saludable.