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Los sanjuaninos de bronce llegaron a San Juan y tuvieron un recibimiento cargado de cariño
Al grito de “Vamos, vamos los pibes”, Sánchez, Lima y Pereyra arribar este martes. Lo que más extrañaron y lo que destacan de la épica olímpica.
Hacía 90 días que los sanjuaninos Matías Sánchez, Bruno Lima y Federico Pereyra no veían a sus familias. Estaban comprometidos con la Selección Argentina de Vóley y el objetivo eran los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Tras lograr la medalla de bronce en el país nipón, regresaron a la Argentina, cumplieron con la cuarentena obligatoria en Buenos Aires y este martes desembarcaron en San Juan.
En el Aeropuerto Domingo F. Sarmiento, de 9 de Julio, los esperan sus familiares, aquellos que desde hace tres meses solo veían por la pantalla del celular y alentaban frente al televisor. Entre banderas, abrazos y cariño fue el desembarco de los caballeros de bronce.
Luego de ello, los jóvenes talentos provinciales se subieron a una combi de la Secretaría de Deportes y comenzaron el viaje en caravana hasta la Plaza 25 de Mayo, dónde allí lo esperaba un grupo de amigos y sanjuaninos en general.
Dos vueltas al plaza central a puro bocinazo y bajaron para festejar con los suyos. “¡Vamos, vamos los pibes!”, fue el aliento que más se repetí mientras saltaban abrazados entre si los medallistas olímpicos. No faltó mucho más y empezaron a llover los pedidos de selfies, autógrafos y felicitaciones. “Gracias por darlo todo”, gritó una mujer detrás del vallado que se puso en las escalinatas de la Iglesia Catedral. Ese grito llegó a oídos de los pibes, que saludaron, con timidez.
Al ser consultados sobre lo que más extrañaron, los tres medallistas no lo dudaron: la familia y los amigos. “Ahora vamos a disfrutar con ellos”, dijo Sánchez.
A su vez, Lima y Pereyra dijeron que esperan con ansias el clásico de los domingos por excelencia: el asado en familia. “El asado familiar y con amigos no va a faltar, la carne se extrañó, no va a faltar”, dijo en risas Lima y en sintonía se plegó Pereyra: “Lo primero para festejar es comer un asado con la familia, es lo que más se extraña”.
El momento del bronce
Era el duelo definitivo, por el bronce en los Juegos Olímpicos y nada menos que el rival de toda la vida: Brasil. Fue 25-23, 20-25. 20-25, 25-17 y 15-13. Ese resultado, en tie break, fue lo que le terminó dando la presea de bronce a la Argentina, algo que no conseguía desde Seúl 1988.
Los sanjuaninos definieron en pocas palabras lo que cruzó por sus mentes en aquel partido y la obtención de la medalla. “De ese momento la verdad que fue magnífico. Estoy muy feliz, fue algo soñado. Se me nubló todo en ese momento, no podía creerlo”, rememoró Sánchez.
Por su parte, el opuesto sanjuanino, Lima, recordó que “quedé en shock. No entendía que estaba pasando. Fue un sentimiento, algo, que nunca había sentido”.
A su vez, Pereyra contó que fue un momento único y especial el que vivió. “El último partido fue lo más lindo que nos pasó”, aseguró.
“Siempre en Argentina se habla de fútbol y fútbol, pero esta vez, ver a niños jugando en vez de con una (pelota) de fútbol, una de vóley, es algo increíble”, cerró diciendo Lima, marcando un poco el logro histórico que consiguieron, logrando meterse entre los grandes del vóley nacional y sanjuanino.