Tras ser desalojados del Centro Cívico, los cafeteros culparon a los pancheros y manteros

Luego de ser desalojados del Centro Cívico, los cafeteros que se instalaban habitualmente en el lugar rompieron el silencio. Uno de ellos, visiblemente afectado por la situación, denunció que la decisión municipal fue influenciada tras la salida de pancheros y manteros del Parque de Mayo y alrededores.

"Teníamos un acuerdo verbal con autoridades del Centro Cívico, pero ahora nos estamos enterando de que sí o sí nos quieren sacar. Creo que la bronca viene por parte de los pancheros y manteros", expresó Marcelo Salvador, marcando distancia. "Nosotros no tenemos nada que ver con los pancheros y manteros. Nosotros trabajamos por necesidad".

El viernes pasado, el hombre recibió la segunda notificación oficial por parte de inspectores de la Municipalidad de la Capital. La advertencia fue clara: a partir del lunes, no podría permanecer más en el lugar. “Lo único que hacemos es trabajar”, ​​insistió.

El cafetero, quien lleva casi ocho años trabajando en el mismo sitio, relató con resignación su rutina diaria: "Soy el primero que llega, a las 5:30 horas. Estoy durante todo el invierno y el verano, paso frío, calor. Creo que ya me gané el lugar porque lo único que quiero es trabajar, ganar mi propia plata".

La tensión aumentó cuando fueron notificados de un posible desalojo con presencia policial. "Estos tres días perdimos ventas porque traemos poquito, tenemos miedo a que vengan, nos corran y nos lleven las cosas. No nos dejen trabajar", denunció.

Si bien el municipio capitalino propuso reubicarlos, la incertidumbre se mantiene. "Los pancheros hace un mes que están esperando, no puedo estar tanto tiempo sin trabajar. Hay intenciones, pero no soluciones", señaló el vendedor ambulante.

Ante la falta de respuestas concretas, los cafeteros se organizaron para exigir una solución. "Nos juntamos todos para ver qué respuesta nos pueden dar. Esperamos una solución rápida. Ellos tienen el sueldo seguro, pero nosotros vivimos el día a día. No tengo otra salida laboral, así que voy a seguir viniendo porque mis hijas tienen que comer", concluyó con firmeza.