Vecinos piden seguridad por la cantidad de robos

Más de 70 familias del Barrio Pedregal Sector 1 en el departamento de Chimbas están atravesando un momento de angustia e intranquilidad por la cantidad de robos que a menudo se dan en aquel lugar. Hace un mes les entregaron sus viviendas pensando cumplir con el sueño del techo propio, pero con el correr de los días ese sueño se transformó en una verdadera pesadilla.

No pueden salir de sus casas, viven entre rejas, asustados por un grupo de vándalos y delincuentes que a toda hora del día están dispuestos a realizar sus ‘trabajos´ de manera sigilosa. Según el relato de los vecinos rompe los vidrios de las ventanas, se suben a los techos para ingresar por los tragaluces, abren las puertas y se introducen en el interior de la vivienda. En su mayoría son menores de edad, por lo cual cuando denuncian están pocas horas detenidos y luego recuperan la libertad, pero salen más envalentonados y comienzan con las represalias, al punto de que los amenazaron que si siguen dando intervención a la policía les van a quemar la casa.

“Realmente no podemos vivir así, nosotros elegimos este barrio pero se convirtió en un calvario, los robos son todos los días a toda hora, no podemos dejar la ropa tendida en el fondo ni la puerta un segundo abierta porque entran y nos llevan todo”, comentó a DIARIO HUARPE Cintia una vecina.

La semana pasada, a Tamara otra lugareña tuvo que salir en horas de la siesta al centro para realizar un trámite y cuando llegó a su vivienda se la encontró desmantelada. “Es una sensación de impotencia tan grande que no sabemos que hacer, estamos muy atemorizados”, sostuvo.

Varias veces hicieron la denuncia de estos hechos y si bien la policía acudió al lugar, al cabo de horas quedaron en libertad por ser menores de edad. “Hace algunos días vino un móvil policial y le estábamos comentando lo que nos pasaba, cuando de repente observamos que tres pibes se llevaban una bicicleta, los policías salieron en la búsqueda y dieron con los menores, pero lo que notamos que actuaron con total impunidad, no les importó nada”, argumentó Luis, adjudicatario de una vivienda.

No tan solo son robos, también hay hecho de destrucción y vandalismo. Roxana quien vive con su hermana con discapacidad está compungida porque su casa da a un terreno descampado. Éste es usado como pasaje entre los habitantes de los barrios colindantes y cuando pasan comienzan a tirar piedras a las ventanas rompiendo los vidrios para poder entrar a la vivienda. “Me gustaría que esta situación cambie, somos personas y merecemos ser escuchadas. No estamos pidiendo nada de otro mundo sino poder vivir de manera tranquila”, dijo.

Como medida paliativa los vecinos adoptaron la modalidad de vigilancia mutua, es decir cuando alguien tiene que salir a algún lugar, inmediatamente otro va y cuida la vivienda para estar atentos y protegidos entre ellos.

Para solucionar este problema están pidiendo que las autoridades del departamento intervengan de manera urgente y ponga una garita policial para que puedan vigilar y monitorear todo el barrio, además de móviles policiales que pasen con mayor frecuencia y una alarma comunitaria para que tengan el contacto directo y puedan emitir una alerta cuando estén en peligro.