Política
El Gobierno modificará la estrategia de seguridad en la marcha y no aplicará protocolo antipiquetes
El Gobierno cambia su enfoque de seguridad para la marcha de los jubilados, evitando el protocolo antipiquetes y priorizando la prevención. Las fuerzas federales se desplegarán tras vallados y reforzarán los accesos a la Ciudad de Buenos Aires.
POR REDACCIÓN
El Gobierno nacional ha decidido modificar su estrategia de seguridad para la próxima marcha de los jubilados, evitando la aplicación del protocolo antipiquetes que se había utilizado en ocasiones anteriores. Según información exclusiva de TN, las fuerzas federales se ubicarán detrás de un vallado en las inmediaciones del Palacio Legislativo y, a diferencia de otras movilizaciones, evitarán el contacto directo con los manifestantes. Este cambio de enfoque se centra en un esquema de prevención para evitar posibles altercados y confrontaciones.
En lugar de implementar un dispositivo de represión directa, el Ejecutivo apuesta por un modelo más controlado. Las calles cercanas al Congreso estarán cortadas, y se colocarán vallas para aislar la manifestación. Este sistema, según las autoridades, busca reducir la posibilidad de enfrentamientos mientras se mantiene el orden público. Además, desde la Casa Rosada afirman que reforzarán los controles en los accesos ferroviarios y viales a la Ciudad de Buenos Aires, con la participación activa de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).
El operativo estará bajo la supervisión de un comando unificado compuesto por Gendarmería Nacional, Policía Federal, Prefectura Naval y Policía Aeroportuaria, que trabajarán en conjunto con la Policía de la Ciudad de Buenos Aires para garantizar la seguridad y el control del tráfico en la capital.
En Balcarce 50, sede de la Casa Rosada, aseguran que la estrategia busca evitar situaciones como la que ocurrió en una manifestación anterior, cuando el periodista **Pablo Grillo** sufrió una fractura de cráneo por el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno disparado por la Policía Federal. En este sentido, se compara el operativo de este miércoles con el despliegue utilizado en las **aperturas de las sesiones ordinarias del Congreso**, donde se cierran accesos con vallas para aislar a los manifestantes sin necesidad de confrontación directa.
El Ejecutivo también ha dejado claro que en caso de que la situación se complique, se recurrirá al uso de **camiones hidratantes** para dispersar la movilización, similar a otras técnicas utilizadas en protestas previas.
El Gobierno mantuvo una reunión de seguridad este martes para afinar los detalles del operativo. La cumbre fue encabezada por **Santiago Caputo**, asesor presidencial, y contó con la participación de figuras clave como la ministra de Seguridad, **Patricia Bullrich**, el secretario de Inteligencia del Estado (SIDE), **Sergio Neiffert**, y el jefe de operaciones de Inteligencia, **Diego Kravetz**. Durante el encuentro, que se extendió por casi dos horas, se discutieron las posibles amenazas y se ajustaron las estrategias para hacer frente a posibles situaciones de violencia.
Según informaron fuentes oficiales, el Gobierno prepara un operativo de más de **1000 agentes federales** que estarán en estrecha coordinación con las fuerzas de seguridad locales para garantizar que la marcha transcurra de manera pacífica.
En cuanto a las sanciones, la Casa Rosada ha dejado claro que **detendrá a todas las personas** que cometan actos violentos o infrinjan la seguridad durante la manifestación. En este contexto, el Ejecutivo se respalda en el **artículo 94 del Código Penal**, que establece las penas para quienes alteren el orden público.
Además, las autoridades nacionales no esperan que manifestantes de otros países se sumen a la protesta. El Gobierno también señaló que su colaboración con la SIDE está relacionada con la **prevención de hechos violentos**, ya que la Ley de Inteligencia (25.520) permite a la central de inteligencia actuar en situaciones que puedan comprometer la **seguridad interior** del país.
La estrategia de seguridad del Gobierno para la marcha de los jubilados ha cambiado, buscando priorizar la **prevención** sobre la represión. Con el despliegue de fuerzas federales y un control más estricto en los accesos a la ciudad, la Casa Rosada espera que la movilización se desarrolle de manera pacífica, sin recurrir a medidas extremas. Sin embargo, se mantiene firme en su postura de que se tomará acción contra cualquier intento de desorden o violencia durante la manifestación.