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En imágenes: así se vivió la procesión de la Inmaculada Concepción

Una vez más este 8 de diciembre miles de personas participaron de la tradicional procesión a la Inmaculada Concepción. Las mejores imágenes del evento religioso. 

POR REDACCIÓN

08 de diciembre de 2023

Desde el año 1854 la iglesia católica realiza cada 8 de diciembre la fiesta de la Inmaculada Concepción que en San Juan se celebra con una procesión que se realiza en la comunidad capitalina que lleva debe su nombre a la virgen.

Esta fiesta religiosa surgió después de que el Papa Pío IX promulgó un documento llamado Ineffabilis Deus a través del cual estableció como “dogma de fe” que María, la madre de Jesús, desde el instante de su concepción fue preservada por Dios del “pecado original” con el que –según la fe católica– nacen todas las personas “herederas” de aquella “mancha de desobediencia a Dios” que cometieron Adán y Eva.

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Con el paso de los años desde la Iglesia Católica se ocuparon de aclarar que la Inmaculada Concepción de María no tiene que ver con lo que hicieron o dejaron de hacer los padres de María para engendrarla, ni con el modo con el que la propia María concibió a Jesús, como algunos entienden. Este nombre que recibe la virgen remite a la creencia de que esa mujer siempre estuvo preservada del pecado.

Todo el contenido teológico y dogmático encontró sencilla acogida en la devoción popular que los fieles. Tanto es así que la imagen de la Inmaculada Concepción de María se convirtió rápidamente, durante las primeras décadas del siglo 20, en patrona de pueblos y ciudades de Latinoamérica.

Como la Virgen es un personaje central de la Navidad con el tiempo los fieles consideraron que esta fecha era adecuada para armar el arbolito y el pesebre. De esa manera, con los años, la vinculación se convirtió en una tradición. Y hoy, en miles de hogares argentinos y latinoamericanos, aprovechando el feriado, las familias arman su árbol de Navidad.

Para algunos, el árbol de Navidad recuerda al árbol del Paraíso, de cuyos frutos comieron Adán y Eva. Para otros, el “árbol de la Vida” o de la vida eterna, porque los pinos siempre están verdes. Otros, con el árbol sagrado de los celtas que San Bonifacio (misionero del año 600) derribó y reemplazó con un pino adornado con velas y frutos, que la modernidad cambió por luces y esferas de colores.

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