Judiciales > Sin prisión
Lo golpeó con la culata de un arma y fue condenado
La Justicia dictó sentencia contra Miguel Carmody por tenencia ilegal de armas y agresión a Ariel Vargas en el Barrio San Juan de los Olivos. El imputado deberá cumplir reglas de conducta durante dos años.
POR REDACCIÓN
Miguel Adolfo Carmody fue condenado mediante juicio abreviado a dos años de prisión condicional tras ser hallado culpable de los delitos de tenencia de armas de fuego y agresión. El hecho ocurrió el pasado 4 de enero de 2025, en el Barrio San Juan de los Olivos, cuando Ariel Vargas denunció haber sido atacado con un arma por Carmody.
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Según consta en la investigación, Vargas acudió al domicilio de Carmody para devolverle un barral utilizado en la limpieza de piletas. En ese momento, el imputado intentó golpearlo con el barral, ingresó a su vivienda y regresó con un arma de fuego de gran tamaño. Con la culata del arma, Carmody golpeó a Vargas en la cabeza y el torso, además de causar daños a su motocicleta.
Dos días después, el 6 de enero, la Policía realizó un allanamiento en la vivienda del agresor, donde incautaron un arsenal: una carabina calibre 44, un pistolón calibre 22, y diversas réplicas de armas, entre otras. Peritajes confirmaron que al menos dos de las armas eran aptas para el disparo y que Carmody no contaba con autorización para poseerlas.
La fiscalía, encabezada por Francisco Nicolía Heras, con la colaboración de Hilda Rojas y bajo la coordinación de Daniela Pringles, llevó adelante el caso. Este jueves 9 de enero, la Justicia dictó la condena: dos años de prisión condicional por los delitos de tenencia de arma de fuego de uso civil y de guerra sin autorización, en concurso ideal. Además, se dispuso el decomiso de las armas y la imposición de reglas de conducta que Carmody deberá cumplir durante el mismo período.
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Entre las medidas dictadas, el imputado tiene prohibido acercarse o contactar al denunciante Ariel Vargas, tanto en persona como a través de medios digitales o intermediarios. También deberá abstenerse de consumir estupefacientes y alcohol en exceso, además de mantener un domicilio real bajo supervisión.