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Orden agustina: 800 años de historia y un Papa por primera vez
La elección de Robert Prevost como nuevo líder de la Iglesia Católica pone en foco a la Orden de San Agustín, con ocho siglos de historia y presencia global.
POR REDACCIÓN
La reciente designación de Robert Francis Prevost como líder de la Iglesia Católica marca un hecho singular: por primera vez, un integrante de la Orden de San Agustín asume el papado. Fundada formalmente en el siglo XIII, esta comunidad religiosa cuenta con presencia en más de 40 países y combina vida en común, contemplación y labor misionera.
La Orden de San Agustín fue constituida en 1244 por impulso del Papa Inocencio IV, quien promovió la unión de diversos grupos de ermitaños que vivían según la Regla de San Agustín. Esta estructura se consolidó en 1256, bajo el nombre de Hermanos Ermitaños de San Agustín, a partir de una segunda reorganización impulsada por el Papa Alejandro IV.
Con el hábito negro como distintivo y el lema de comunión de corazones y mentes, los agustinos se establecieron inicialmente en regiones de Italia, Francia, España y Alemania. Posteriormente, su presencia se expandió a América, Asia y África a través de misiones vinculadas a la actividad evangelizadora.
En Estados Unidos, los agustinos se establecieron en 1794. Ese año, John Rosseter fue el primer fraile en llegar a Filadelfia, seguido en 1796 por Matthew Carr, quien fundó la Provincia de Santo Tomás de Villanova. Esta estructura se convirtió en el punto de partida para el desarrollo agustiniano en otras regiones del país.
Robert Prevost, actual papa León XIV, se formó dentro de esta comunidad religiosa. Tras ser enviado como misionero a Perú, trabajó en Chiclayo como párroco, formador y obispo. Allí, según se señala en su biografía oficial, asumió “el idioma, la cultura y los desafíos de la Iglesia latinoamericana”.
Más tarde, fue elegido superior general de la orden y ocupó desde 2023 el cargo de prefecto del Dicasterio para los Obispos. En declaraciones recientes a Vatican News, Prevost expresó: “No podemos parar, no podemos retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que la Iglesia sea hoy y mañana”. También remarcó: “El mensaje siempre es el mismo: proclamar a Jesucristo, proclamar el Evangelio, pero la manera de llegar a las personas de hoy, los jóvenes, los pobres, los políticos, es diferente”.
La Regla de San Agustín, escrita en el siglo V, guía la vida interna de la orden, con énfasis en la caridad fraterna y la búsqueda interior. A diferencia de otras comunidades centradas en figuras fundadoras individuales, esta orden nació por impulso eclesial, inspirada en la obra de Agustín de Hipona.
En el presente, los agustinos desarrollan actividades educativas, sociales y pastorales, con un enfoque especial en entornos urbanos y multiculturales. La elección de uno de sus miembros como Papa incorpora su legado a una nueva etapa del liderazgo eclesiástico.