Por la guerra de aranceles, el FMI reduce la previsión de crecimiento mundial y vaticina bajo impacto para la Argentina

Mientras el mundo se tambalea por la creciente guerra de aranceles, Argentina emerge como una de las pocas economías con un futuro prometedor. El Fondo Monetario Internacional (FMI) sorprendió al elevar su previsión de crecimiento para el país a un robusto 5,5% en 2025, según su última actualización del informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO) publicada este martes en Washington.

Esta alentadora proyección contrasta fuertemente con el panorama global, donde el FMI redujo en medio punto su estimación de crecimiento del producto bruto mundial para este año, situándolo en un 2,8%. El economista del organismo, Pierre-Olivier Gourinchas, fue categórico al afirmar que “los aranceles son un shock de oferta negativo para la economía”, advirtiendo sobre el impacto significativo que la escalada de tensiones comerciales y la incertidumbre política tendrán en la actividad económica global.

Sin embargo, para Argentina, el organismo multilateral mantiene una visión optimista, proyectando incluso un sólido crecimiento del 4,5% para 2026, a pesar del deterioro de las condiciones externas. Esta perspectiva favorable se da en un contexto donde el FMI espera una desaceleración del crecimiento en dos de los principales socios comerciales del país: Brasil y China. Para el gigante sudamericano, se prevé una expansión del 2% en el año en curso, medio punto porcentual menos que en la previsión de enero, mientras que el crecimiento chino se recortó de 4,6% a 4%.

En el marco de las tensiones internacionales y la menor actividad global, el FMI también proyecta una caída del 15,5% en el precio del petróleo, una materia prima cada vez más relevante en las exportaciones argentinas gracias al desarrollo de Vaca Muerta. A pesar de este factor externo, la economía local parece mostrar una resiliencia destacable.

Otro dato positivo que anticipa el Fondo es una desaceleración de la inflación en Argentina. Se espera que el promedio anual se ubique en 35,9% en 2025 y descienda significativamente hasta el 14,5% en 2026. En cuanto al frente externo, si bien se prevé un deterioro en la cuenta corriente, pasando de un superávit de 1% del PIB en 2024 a un déficit de 0,4% en el año en curso y 0,3% en 2026, este desequilibrio se considera manejable.

De la mano de la mayor actividad económica, el FMI también augura una disminución del desempleo en el país, que descendería del 7,1% de la población económicamente activa registrado el año pasado a un 6,3% en el presente y un 6,0% en 2026. Estos indicadores sugieren una recuperación del mercado laboral en sintonía con el crecimiento proyectado.

Mientras el FMI advierte sobre los riesgos de una intensificación de la guerra comercial impulsada por figuras como Donald Trump, señalando la posibilidad de una mayor desaceleración del crecimiento global e incluso inestabilidad financiera, Argentina parece navegar contracorriente. El organismo destaca que la intensificación de los riesgos a la baja domina las perspectivas mundiales, pero la economía argentina se presenta como una excepción notable en este escenario de incertidumbre. La combinación de políticas internas y factores específicos podrían estar detrás de esta sorprendente resiliencia que el FMI reconoce en su último informe.