Presupuesto 2025: tras la suspensión de una reunión clave, la UCR pidió una sesión extraordinaria

El bloque radical intensificó la presión sobre el Gobierno al pedir la convocatoria a una sesión extraordinaria para tratar el Presupuesto 2025, luego de que el Ejecutivo suspendiera la reunión prevista para este martes en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados. La suspensión de la reunión dejó a los gobernadores en una situación de incertidumbre, mientras se alistan a ceder algunos de sus pedidos al Gobierno en busca de un acuerdo. Si no se convoca a extraordinarias, la alternativa podría ser prorrogar el Presupuesto 2023, una posibilidad que complica aún más la situación política en el Congreso.

El pedido de la UCR llega en un momento clave, luego de que los gobernadores, junto a bloques opositores como el PRO, prepararan un dictamen alternativo al del oficialismo. Este proyecto alternativo buscaba evitar el acuerdo con el Ejecutivo, pero la falta de consenso dejó al bloque opositor en una posición débil. Como resultado, el Gobierno optó por suspender la reunión, lo que sorprendió a los diputados, incluidos los de La Libertad Avanza, quienes se enteraron de la noticia a través de un correo electrónico a última hora.

Desde la UCR, los dirigentes afirmaron que aún no habían decidido si presentarían un texto alternativo o si sumaría cambios en disidencia al proyecto oficialista, pero la amenaza de hacerlo fue suficiente para que el Gobierno decidiera cortar el diálogo. En este sentido, los radicales destacaron que la suspensión de la reunión para el tratamiento del presupuesto no estaba en los planes y calificaron el giro de última hora como una estrategia del Gobierno para sembrar incertidumbre.

En la Casa Rosada, sin embargo, la respuesta fue clara: no cederían a los pedidos de los gobernadores, a menos que estos pudieran explicar de dónde provendría el financiamiento para cubrirlos. "Si hay acuerdo, llamamos a extraordinarias y lo sacamos, sino prorrogamos el de 2023", explicaron fuentes cercanas al Ejecutivo. Esta postura refleja la preocupación de que un presupuesto aprobado por el Congreso pueda ser finalmente vetado por el presidente Javier Milei, lo que complicaría aún más la situación financiera del Gobierno.

Una de las claves del Presupuesto que interesa a los gobernadores es un artículo específico que les otorga mayor poder de negociación sobre las obras públicas. El ministro de Economía, Luis Caputo, había incluido en su borrador una disposición que facultaba al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a ejecutar convenios de obras públicas con mayor discrecionalidad, lo que aseguraría que se cumplan obras no contempladas en el proyecto original. Este artículo, según fuentes parlamentarias, ha generado un ambiente de tensión entre las provincias, que buscan mantener su margen de maniobra en la distribución de recursos.

En paralelo, desde el PRO señalaron que los gobernadores están buscando acuerdos paralelos, negociando directamente con intendentes y diputados propios, para evitar una negociación global con el Gobierno sobre el Presupuesto. En este escenario, la UCR insiste en que se convoquen extraordinarias para dar lugar a un tratamiento parlamentario que permita definir el presupuesto antes de fin de año.

Por otro lado, el bloque peronista ha confirmado que, por ahora, la postura de los gobernadores es mantener todo en stand by, especialmente ante el riesgo de que la oposición rechace el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) relacionado con el canje de deuda en dólares sin la autorización del Congreso. Los gobernadores temen que un rechazo a los DNU termine contaminando aún más las negociaciones para el Presupuesto.

El panorama político de cara a las extraordinarias sigue siendo incierto, pero lo que parece claro es que el bloque radical busca que el tratamiento del Presupuesto se resuelva cuanto antes. Si el Gobierno no convoca a una sesión extraordinaria, la alternativa podría ser una prórroga del Presupuesto 2023, una opción que dejaría al Ejecutivo con un presupuesto desactualizado y sin la capacidad de afrontar los nuevos desafíos económicos del país.

"Todo apunta a una prórroga", señalaron desde el PRO, destacando que al Gobierno no parece preocuparle tanto tener un nuevo Presupuesto. En cambio, los radicales temen que si no se llegan a acuerdos inmediatos, las decisiones del Ejecutivo puedan terminar perjudicando las partidas que tanto les interesa asegurar en el nuevo proyecto. La situación sigue siendo tensa y el tiempo juega en contra del oficialismo y la oposición.