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Carnaval, una fiesta de los nostálgicos y la liberación de los marginados
Llega esta fecha y los relatos de "carnaval eran los de antes" empiezan a aparecer en las redes. Un recorrido por las diferentes significaciones que se fueron dando en San Juan.
Este lunes 28 de febrero y martes 1 de marzo se celebran los feriados de Carnaval. Instituidos como celebración nacional por Domingo Faustino Sarmiento, removidos en la dictadura cívico militar del 70, celebrados en la vuelta a la democracia y restituidos al calendario de celebraciones nacionales en 2010, el carnaval es una de las celebraciones íntimamente relacionada con San Juan.
Desde la pandemia de Covid-19 en 2020, ya van dos años sin las celebraciones más convocantes. Un recorrido por una celebración que mezcla el encanto de la nostalgia y la fiesta en los márgenes.
Familias bien y descontrol
“Con la "chaya" da inicio el Carnaval en San Juan. En esta tradición, de orígenes andinos, los vecinos se reúnen en un ritual ancestral de empape colectivo” Dice una voz aflautada en el extracto de una pieza documental que comparte el Archivo General de la Nación. La pieza de archivo es ubicada en la década del ’60. En ella se ven los fenómenos de la chaya, los corsos y los bailes de carnaval.
Sin embargo, como suele pasar en los relatos culturales de los pueblos, los que prevalecen se establecen como una única historia.
La nostalgia de los barrios capitalinos con sus chayas constituye uno de los testimonios más repetidos. Las imágenes de los clubes como el Sirio Libanés, Colón y Ausonia, entro otros, retratan los bailes en los que sanjuaninos se reunían.
“En busca del Antiguo San Juan” es un grupo de Facebook que sin quererlo se convirtió en un reservorio de archivos. En el abundan fotos, principalmente de la década de 50 y 60.
Esta etapa se corona con los carruseles que sucedían en la Plaza 25 en los que los diseños del albardonero Rufino Palomas se llevaban el protagonismo. Además de las máscaras sueltas y el tradicional Rey Momo.
Una fiesta que “unía” a la sociedad y “hacía desaparecer” las diferencias de las clases sociales y de origen. Donde “las casas de bien” se mezclaban con los malandros, en un pacto pagano y dionisiaco.
Sin embargo, carnaval en San Juan no solo es la chaya. Quedarnos con único relato sin mantener los que siguieron con la tradición, en otras formas y con otros significados, sería silenciarlos.
En la década del 2000 el carnaval como corso retoma las calles. Si bien como atestigua el archivo había registros anteriores, la fiesta se resignifica.
Plumas, espuma y comparsa
Los carnavales en los márgenes capitalinos se viven de otras maneras. Toman las calles como pasarelas y las llenan de ruidos y de cuerpos cubiertos únicamente por espuma y lentejuelas. Ya en este periodo comienza a resonar la frase “carnavales eran los de antes”.
Sin embargo, los departamentos más populosos como Chimbas y Rawson toman la tradición y la adaptan a sus contextos. Pasa lo mismo en los departamentos periféricos al Gran San Juan, como Angaco y San Martín.
Mientras que en Rawson y Chimbas las comparsas ganan terreno, en los perífericos la chaya se hace protagonista.
Sucede un fenómeno en las comparsas. Las mujeres trans tienen un momento de liberación. Son parte del show, confunden, para algunos un disfraz más, para otras el deseo de la identidad, al menos por lo que dure el carnaval. Batucadas en las que adultos jóvenes y niños pasaban noches de ensayos en las plazas de los barrios al ritmo de los zurdos y güiros.
En la década del 2010 se suman las murgas, los cuerpos voluptuosos y cubiertos con purpurina conviven con los bailes desenfadados que pasan por las calles como un movimiento de libertad. Ruido y bailes, alegría y descontrol.
2021 y 2022 quedaron sin sus grandes carnavales de Chimbas, festejos que habían pasado por diferentes “corsódromos” y que se estaban asentando en el Complejo Ferial la Costanera.
La chaya es curiosamente la única que se mantiene post medidas sanitarias por Covid-19. Este lunes se celebrará en Pedernal, Sarmiento y estará más relacionada con la chaya riojana, lejos de esa idea sarmientina de la mascarada europea.
Así se extienden los relatos. Porque carnaval es la fiesta de los pueblos, de los nostálgicos y de los márgenes.