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Inició la expedición al Cerro Mercedario para dejar las cenizas de Paty Altamirano
Un grupo de montañistas inició una emotiva expedición al Cerro Mercedario de San Juan para esparcir las cenizas de Paty Altamirano, la andinista que murió tras caer al vacío y cuyo cuerpo fue encontrado después de 42 años.
Por Germán González
Llevar una mochila pesada a 6.700 metros de altura es difícil, pero si el corazón tiene un propósito, la carga se hace liviana. Esta es la motivación detrás de la expedición que se lleva a cabo en el Cerro Mercedario, una de las cumbres más altas y desafiantes de la Cordillera de Los Andes, y en San Juan. Un grupo de montañistas acompañados por familiares de la fallecida Paty Altamirano, conocida como “la guardiana del Mercedario”, inició un viaje emocional que culminará con el esparcimiento de sus cenizas en la cima de la montaña donde su vida se truncó hace más de cuatro décadas. Del ascenso participan dos de sus hermanas, que desde febrero se preparan físicamente y reencuentran con la disciplina del andinismo.
Marta “Paty” Altamirano fue una montañista tucumana que desde temprana edad sintió una profunda conexión con las montañas. Formó parte del Club Andino Tucumán y, junto a su hermana Corina, realizó expediciones a imponentes cumbres de los Andes, como los Nevados del Aconquija y el Nevado del Chañi, en Jujuy. Sin embargo, fue en el Cerro Mercedario donde la tragedia marcó su destino.
En marzo de 1981, Paty, junto a su hermana y el montañista italiano Sergio Bossini, emprendió el ascenso del Mercedario. La tragedia ocurrió cuando, a unos 6.000 metros sobre el nivel del mar, Paty sufrió un accidente mortal mientras ascendía por la Pared Sur. Su cuerpo, cubierto por la nieve y atrapado en el glaciar, permaneció en la montaña durante 42 años, a pesar de varios intentos de rescate.
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En enero de 2023, después de más de cuatro décadas, un grupo de montañistas encontró los restos de Paty al pie de la Pared Sur del Mercedario. El cuerpo fue identificado mediante ADN y prendas personales, como un escapulario de la Virgen del Carmen que llevaba en cada expedición. Tras la cremación, su familia pudo darle un emotivo adiós, pero Corina, su hermana, sintió que aún quedaba un último deseo por cumplir: llevar sus cenizas a la cima de la montaña que siempre fue su hogar espiritual.
Los restos de Paty descansaban en la finca de sus abuelos, al norte de Tucumán. Su papá, que la buscó por mucho tiempo, y el andinista italiano, que había acompañado a las hermanas Altamirano, Sergio Bossini, murieron a los pocos meses. "Como si hubieran estado esperando encontrarla para descansar en paz", remarcó en diálogo con DIARIO HUARPE. La madre de Corina y Paty sigue viva, ya tiene 90 años y quiere que la expedición, que inició hace unas horas, pase rápido porque se preocupa.
Expedición
Motivada por el amor y el recuerdo de su hermana, Corina propuso a un grupo de montañistas llevar las cenizas de Paty hasta la cumbre del Cerro Mercedario, en honor a su legado. El grupo, que incluye a familiares cercanos, como las hermanas Altamirano y sobrinos de la andinista muerta, entrenó intensamente desde principios de 2024. Con un objetivo claro, esta expedición empezó con la meta de ascender por la ruta Normal, Inca, partiendo desde Laguna Blanca. La travesía, que durará entre 8 y 10 días, está acompañada por un equipo de montañistas locales, quienes colaborarán con la logística y el acceso a la montaña.
Corina contó que desde febrero entrenó junto con su hermana Silvia en el gimnasio o haciendo salidas a la montaña para realizar la expedición de enero. "Nos reencontramos con nosotras mismas, volver a salir al cerro nos mostró que nuestro cuerpo tiene memoria y que teníamos un miedo escondido tras la tragedia de Paty", dijo la tucumana, que ahora está radicada en Córdoba, y, sin embargo, viaja cada tiempo su provincia natal para subir a la montaña.
“Sí el universo se complota, nosotros estamos en condiciones y la montaña nos acompaña, vamos a dejar las cenizas en la cumbre de la montaña, dijo Corina. Si todos no logramos la cumbre, las dejaremos un poco más abajo, dónde todo el grupo pueda "confluir" y en un círculo de "amigos" la dejaremos nuevamente en brazos de su amado Cerro Mercedario", concluyó con emoción antes de subir.
El grupo ya cuenta con experiencia en montañas de más de 6.000 metros de altura y realizó ascensos en cerros de entre 4.000 y 5.000 metros desde marzo de 2024. Además de los entrenamientos físicos, el grupo también recibió capacitación en rescate y primeros auxilios en montaña. La expedición se documentará a través de las redes sociales del grupo @cerrostuc_, para que todos los seguidores puedan acompañar este emotivo viaje paso a paso.
El ascenso al Mercedario será mucho más que una expedición al corazón de los Andes. Será un homenaje a una mujer valiente, un legado familiar, y un cierre a una historia que perduró por más de cuatro décadas.