Hartos de que les roben, vecinos reclaman seguridad

“Este lugar es una zona liberada para que los ladrones hagan lo que se les dé la gana”, sostienen en coro los vecinos del Barrio Parque Industrial en el departamento de Chimbas. Están cansados de la cantidad de robos que se producen todos los días en todo horario. La bronca e impotencia se mezcla con la desazón de tener que estar en permanente estado de alerta custodiando lo que tanto les costó conseguir con los años.

El Parque Industrial, es uno de los barrios chimberos más antiguos. Nació a principios de 1980 con la aplicación de la ley 3.642 de Promoción Industrial con el fin de brindar al empresariado un lugar donde poder desarrollar sus actividades. Enclavado en la zona Noroeste de ese departamento alberga a más de cien familias que todos los días sufren hechos de inseguridad o actos vandálicos por parte de jóvenes que según ellos provienen de los barrios aledaños recientemente entregados.

Si bien reconocen que estos hechos no son nuevos, hace un año aproximadamente se intensificaron. Los vecinos atribuyen esta situación a dos factores principales. El primero, es que el barrio quedó rodeado de nuevos conjuntos habitacionales, por tal motivo cuando ingresan a robar salen corriendo hacia distintas direcciones y siempre los malvivientes encuentran una guarida. El otro motivo, es que desde la Policía les sacaron la custodia permanente que tenían en la zona.

Dicen que solo había un patrullero en la sede de la Capilla de San Cayetano, que no salía a hacer recorridas por las calles internas del barrio pero por lo menos era una forma más cercana de acudir ante alguna eventualidad. Cuentan que hace algunos días estuvieron conversando con las autoridades de la Subcomisaría Cipolletti y que ellos les dijeron que “se le escapa de la mano esta situación”, que si bien cuentan con 34 efectivos de esos 24 están trabajando y solo cinco patrullan las calles por turno.

Hace menos de un mes una heladería que se ubica sobre calle 25 de Mayo a escasas cuadras de Cipolletti, fue saqueada por dos jóvenes que a punta de machete ingresaron y se llevaron el dinero, si bien quedaron detenidos purgando sus culpas, tenían un largo prontuario de varios hechos cometidos en ese lugar. Otra constante son los robos que se dan en las paradas de colectivos, cuando la gente desciende hay pibes al asecho que les arrebatan desde carteras hasta celulares.

Muchas veces, lo complicado y preocupante, más allá del hecho en sí, es el modus operandi que tienen. Según cuenta uno de los vecinos, Luis Alberto Orihuela, los hacen "poner cuerpo a tierra" y a punta de pistola les sacan todos los objetos de valor y salen corriendo.        

Dentro del barrio hay un playón donde niños y jóvenes pasan largas jornadas entrenándose en futbol. Para ellos también es complicado seguir allí porque cuando el sol se esconde la zona se vuelve más peligrosa porque el predio no tiene iluminación, hace unos días a uno de los chicos lo arrinconaron y le llevaron sus botines. Iris Tapia, quien es la presidente de la Unión Vecinal y encargada de dictar las clases deportivas, se mostró preocupada porque también les llevaron los arcos que tenía esa humilde escuelita.

Esperanzados para que estos hechos no vuelvan a ocurrir, piden a las autoridades municipales como también así a los encargados de la seguridad provincial que los reciban para que juntos lleguen a la búsqueda de una solución. “Somos personas y queremos vivir en paz, no merecemos después de tantos años de trabajo que nos pasen estas cosas”, finalizaron con angustia por el difícil panorama que les toca atravesar.