Cultura y Espectáculos > Historias Sanjuaninas
Marcelo Ormeño, el sanjuanino que le dio la identidad a Rawson
Es parte del Área Creativa del departamento, en 2021 inauguró dos monumentos y ya trabaja en un paseo nuevo. Fue parte del paseo "La Superiora", la historia de un hombre que descubrió su vocación en las clases de plástica.
Marcelo Ormeño es uno de los rawsinos que le dio parte de la identidad a su departamento. Él es responsable de alguno de los murales de la calle Doctor Ortega, conocida como la Superiora, murales que cuentan las historias de las familias que viven en esas casas. O las estatuas del paseo de la tonada en la Biblioteca Sur y de las esculturas emplazadas como monumentos, como el del soldado rawsino o el último inaugurado: el de los hermanos Güemes. Esta es la historia de un hombre que junto a sus compañeros del Área Creativa le dieron forma a la memoria de un departamento, con murales y esculturas.
Un hombre de su tierra
Marcelo siempre vivió en Rawson, ahora tiene 37 años, pareja, un hijo y su brújula siempre apunta al sur.
La historia comienza con él. En su familia no había referentes artísticos, pero sabía por qué camino quería caminar. La curiosidad nació en la clase de plástica en el primario, pero lo que lo selló fue su paso por el Polivalente de Artes.
“Era un espacio para hacer arte, porque por el patio o los pasillos te encontrabas alguien tocando la guitarra o pintando. Era muy estimulante y un poco se extraña esa libertad” dice el escultor.
La formación artística formal llegó hasta ahí, hasta el secundario. Confiesa que le hubiera encantado seguir estudiando bellas artes en la universidad, pero costeárselo era imposible económicamente. A eso hay que sumarle que cuando decía “voy a vivir del arte” aparecía en su familia la incertidumbre y el miedo de que fuera imposible lograrlo.
Así que una vez que salió del polivalente trabajó en almacenes, cuidando coches, de lo que saliera. Una parte iba para mantenerse y otra, para mantener el arte.
Su primer paso “ejerciendo” fue como profesor de dibujo en la Biblioteca Sur. Allí la chispa se avivó, el trabajo sin pausa comenzaba a tener un rumbo.
Pero cómo un hombre qué sólo terminó el secundario con formación artística le da identidad a unos de los departamentos más poblados de San Juan. La respuesta es: “acompañado”. Porque esto que empieza como la historia de Marcelo necesita de la historia del Área Creativa para entender el cuento completo.
Área Creativa, un proyecto sobre el tiempo
Marcelo nos recibe en el nuevo lugar que ocupan. Este está sobre Bulevar Sarmiento, frente al Barrio la Estación, el lugar que antes ocupaba la secretaría de Cultura y Educación de Rawson. Antes funcionaban en un galpón, al lado de la Iglesia de Villa Krause en un lugar sin espacio para la actividad, poniéndole más voluntad que recursos.
El olor a café inunda la sala. Martín Ormeño, coordinador del área, nos da un recorrido. El lugar se divide en habitaciones: en una hay mesas de dibujo, en otra hay perchas con vestuarios y props de goma espuma y lentejuelas, sobre la pared, pegados con cinta, hay bocetos de murales hechos con lápiz. “Este son los de Juana Manso” dice Martín señalado la pizarra.
Todos toman lugares, parece una visita familiar. Ahora Marcelo nos guía por el lugar de las esculturas. Este es un taller por fuera del edificio con olor a café, el olor cambia a polvo y pintura de látex, allí el suelo está empolvado con cemento, hay cucharas, cinceles y morfones. Parece más una casa en construcción, la violencia de la materia prima está en todo el espacio.
“Tuvimos que trabajar con cemento” comienza diciendo Marcelo. “Porque por lo general siempre se piensa en los monumentos y se lo asocia al bronce, pero es carísimo. Probamos con papel maché y después con el cemento, que es similar a la arcilla.”
El proceso consiste en armar esqueletos con hierro y después moldearlo, una vez seco, los detalles se tallan con moladoras y cinceles. Por eso no es trabajo de uno, Marcelo es consciente de eso y cuando habla nombra a todos: “tuvimos”, “probamos”, “moldeamos”, “hacemos”. Ahora están con el paseo Quino, donde el historietista estará acompañado por personajes de Mafalda.
Con Marcelo trabajan: Tamara Montaña como diseñadora de manualidades, Turquesa como fotógrafa y pintora, Leonardo Bravo y Leonardo Herrera como dibujantes y escultores, Esteban Cabañes como muralista e ilustrador y Carolina Guevara como diseñadora de indumentaria.
Todos ellos son los responsables de la utilería de los carruseles de la Fiesta del Sol, o de los vestuarios de la Feria de la Cultura Popular y el Libro así como de los murales en los merenderos y los de las plazas.
“En la gestión de Rubén García (intendente de Rawson) es donde conseguimos esta casa. Es diferente trabajar en un lugar con tanto espacio” desliza Martín Ormeño, el coordinador del área. Marce sonríe y antes de comenzar un circuito por el “Paseo de la Superiora” y los monumentos, con la voz tímida pregunta ¿Puede sacarnos una foto a todos?
Cultura y territorio
El “Paseo superiora”, ese que recibe a quien llega a Rawson por la vía rápida tiene unos ocho años. El sol lo va destiñendo, es el único que deja una marca. Es extraño porque hay otros espacios, como el museo de escultoras a cielo abierto, que está vandalizado, pero el paseo se mantiene.
Marcelo cuenta que este paseo fue el primer trabajo donde participó como parte de ese grupo humano. Como vecino de la zona y como artista se fue reuniendo con las diferentes familias. Escuchó las historias de cada una, nos explica que hay historias de vendimia o emprendimientos como panaderías o familia de cosecheros, otros religiosos y algunos con poemas escritos sobre la pared en memoria de algún miembro que vivió en esa casa.
“El día que inauguramos fue como una fiesta” dice Marce. Cuenta que mientras pintaban les convidaban pastafrola o semitas y que hasta hicieron un desfile con autos de época. Mientras recuerda, él sonríe. Su respuesta para todos son esos dientes blancos.
Él supone que los murales están intactos porque cada casa lo siente como propio. Hubo más pintadas, uno de los últimos fue en el Barrio la Estación. Un trabajo que se repite. Mientras se hace unas fotos en los murales, algún conocido le toca bocina y levanta la mano para responder el saludo.
Terminando, Marce se reúne con sus compañeros del área creativa en último monumento inaugurado, el de los hermanos Güemes. El único en el país de la Macacha a cuerpo completo.
El alumno del polivalente, el cuidacoches, el escultor de cemento, que junto a sus compañeros le dio la identidad visual y cultural a Rawson, posa y sonríe.