Terrenos de Enología: uno de los ocupantes reconoció que son del Estado y ahora esperan desalojarlo

La Escuela de Fruticultura y Enología se encamina a la recuperación de una fracción del terreno que está ubicado en calle Paula Albarracín de Sarmiento y Colombia. Eso se logró luego de una audiencia de mediación que se realizó hace algunos días entre la familia Vallejo – una de las dos que están ocupando ese lugar – con la Fiscalía de Estado.

Según lo que comentaron fuentes calificadas a DIARIO HUARPE, la familia Vallejo reconoció que estaba habitando en un terreno que le pertenece al Estado. De acuerdo a los datos aportados, ellos están hace más de diez años asentados en esa lonja de tierra con la excusa de que no tenían acceso a una vivienda. Aseguran que están inscriptos en el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) desde la década de los ’90 y ante la imposibilidad de contar con un techo digno decidieron refugiarse allí.

En el marco de esclarecer el dominio de esa zona y erradicar a estas dos familias, el organismo que se encarga de defender los intereses de la provincia se sentó en una audiencia de conciliación con ambos particulares. En el caso de Vallejo la situación fue más fácil teniendo en cuenta que asumieron que ese terreno no les corresponde a ellos, sino que forma parte del Estado sanjuanino.

Sin embargo, y ya teniendo ese ansiado reconocimiento por parte de la comunidad educativa, desde Fiscalía están esperando una respuesta de algún órgano del Poder Ejecutivo para definir el futuro que tendrá este particular y sus allegados cuando sean despojados de ese terreno. Si bien se espera que dentro de algunas semanas pueda llevarse adelante el desalojo, como es una familia populosa y con un hijo con discapacidad, están evaluando a dónde reubicarlos para evitar algún perjuicio, más teniendo en consideración el tiempo de pandemia que la sociedad está atravesando.

Desde el organismo negaron que Vallejo tenga alguna relación con García Miranda, la otra familia que lleva más de 20 años apostada en esa intersección. Al parecer, los primeros llegaron a ese lugar, instalaron su vivienda y comenzaron a desarrollar sus vidas. El tiempo fue pasando y nadie los intimó a que se fueran, hasta estos últimos meses en los que se logró una resolución. En este caso particular se estableció la figura del desalojo debido a que entre los Vallejos y la escuela no hay ninguna relación contractual de por medio.

Qué pasó con García Miranda

La mediación con la familia García Miranda no surtió efecto positivo, según confirmaron a este medio. Agustín Miranda insistió con su postura y volvió a reclamar la posesión veinteañal que dice tener debido a que está ahí hace más de 20 años reconociendo que su suegro, Cristóbal García, celebró en el año 1965 un contrato de cuidado y custodia de los parrales que la escuela iba a plantar en la zona del campo.

El tiempo pasó y García fue mutando su relación con el terreno al punto que instaló un lavadero de autos y una gomería. También cedió parte de esas tierras que estaba ocupando a su yerno, Agustín.

Haciendo valía de ese título que alega tener, Miranda se mostró firme en su posición y así es que hace un mes convocó a un agrimensor para realizar una mensura y lograr extenderse, sin embargo, su pedido quedó trunco por una negativa que vino desde la Fiscalía de Estado en conjunto con el Ministerio de Educación y la Dirección de Catastro.

El caso de García Miranda es distinto al de Vallejo teniendo en cuenta que desde Fiscalía no invocan la figura del desalojo, sino la reivindicación del terreno, es decir, quieren darle a ese lugar el significado que tuvo de manera original debido a que sí existió un contrato en algún tiempo del pasado, este particular desvió el destino, cambió el rumbo de las cosas y modificó el acuerdo de buena fe que se había establecido. Sobre este caso, y tras fracasar en la mediación, ahora seguirá la vía administrativa con la demostración de pruebas.