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Sin servicio de salud

Calingasta: vecinos de zonas alejadas vuelven a pedir por atención médica

Si bien en este último año hubo algunos intentos de mejorar el servicio de salud en los poblados alejados de Calingasta, pa­rece que los intentos sólo quedaron en eso.

POR REDACCIÓN

28 de enero de 2017

“En el caso nuestro”, dijo un vecino de La Isla, “se estaba atendiendo en la escuela, pero con las vacaciones nos quedamos con la escuela cerrada y la atención se paró. Es decir, en verano los de esta zona ni nos enfermamos”, a­gregó irónicamente.

Vale destacar que después de mu­cho pedir y reclamar, los vecinos de la zona este de Calingasta lograron ser escuchados por las autoridades de Salud Pública de la provincia, y el año pasado les habilitaron, temporalmente, una consulta médica se­manal en la Escuela Clotilde Gui­llem de Rezzano con la promesa de que en el mes de septiembre iban a comenzar con la construcción de un pequeño edificio que serviría de sala sanitaria. Pero la construcción nunca se em­pezó, las clases terminaron, la es­cuela se cerró y con ella el servicio de salud para las cientos de personas que viven en La Isla, Co­lón e Hilario.

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“Sabe lo que pasa amigo”, dijo in­dignado otro vecino, “los argentinos podemos acostumbrarnos a las promesas y más promesas que los políticos nunca cumplen, pero con la salud de la población no se jode”.

En el caso de Puchuzum y Villa Nueva, la situación es similar: centenares de personas desamparadas en servicio de salud. Pero en esta ocasión no es porque no tienen edificio para brindar la atención, sino porque no cuentan con personal, y según los comentarios, por falta de presupuesto.

“Yo siento esto como una falta de respeto a nuestros derechos”, dijo una vecina de Puchuzum, “y a los derechos de los niños, porque aquí hoy viven muchos chicos que nosotros criamos con un miedo terrible a que se nos enfermen”, agregó.
Es preciso destacar que la mayoría de las familias que viven en estos pueblos están dentro de la franja que se considera de vulnerabilidad, ya que según los índices de la po­breza, ellos están por debajo de los límites. Y esto determina aun más sus posibilidades de traslado a los hospitales que se encuentran en Ba­rreal y la villa de Calingasta.

“Si tenemos que trasladarnos al hos­­pital”, dijo la vecina de La Isla, “te­nemos que pensar en un montón de plata que no tenemos, y si la tu­viéramos, en una urgencia, por las distancias, nos morimos en el camino”, sentenció.

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En el transcurso de la mañana de ayer, DIARIO HUARPE intentó sin suerte el contacto con las autoridades de Salud Pública de la provincia para abordar este tema. No obstante, la insistencia no desvanecerá y en los días subsiguientes alguien tendrá que dar la cara, por­que en la precordillera calingastina hay familias completas sin el servicio de salud que por derecho se merecen.

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