Política > El color del acto de campaña
El color del encuentro de mujeres que sirvió para que Uñac cierre la campaña
Sergio Uñac junto a todos los precandidatos a legisladores nacionales de Vamos San Juan, le dieron rienda suelta a la distensión en el último acto de campaña previo a las PASO.
Por Marcos Ponce
El cántico de decenas de mujeres que decían “que lo tiren a la hinchada”, en referencia a Jorge “Koki” Chica, fue el desencadenante para que Sergio Uñac, precandidato a senador de la lista Vamos San Juan, se sumara al pedido y tomara el micrófono para decirle al secretario de Deportes: “dale, tírate”. Así de distendido fue el clima en Parque Norte, camping de Luz y Fuerza, dónde se hizo el último acto de campaña antes de las elecciones PASO del domingo.
El actual gobernador se subió al escenario, junto a todos los precandidatos a los distintos cargos legislativos nacionales de la lista Vamos San Juan, luego de haberse abrazado, tomado mate al paso y sacarse selfies con todas las mujeres, de distintas edades, que se lo solicitaron camino al salón dónde se realizaron los discursos.
El precandidato a senador, Sergio Uñac, arribó al camping pocos más de dos horas después de que iniciara el encuentro de mujeres peronistas que organizó la mesa de mujeres del PJ. Las cientos de asistentes llegaron en plena siesta sanjuanina, a las 16, para hacer la previa del acto que finalizó con los precandidatos oradores.
La espera la hicieron con mateada y baile porque se dispusieron mesas y sillas en todos los alrededores del salón principal para que los grupos de mujeres pudieran compartir con el resto la merienda.
Con la intención de que sea toda una jornada de actividades, es que los organizadores dispusieron de puestos de hidratación, con dispenser en todo el camping y también un puesto de salud en el que la que quería se monitoreaba la presión arterial, el índice de masa corporal y por último estaba dispuesto el tráiler dónde se colocaban el parche de testeo de cáncer de mama que distribuye el Ministerio de Salud Pública.
Y para las que tenían hambre y querían comer algo salado, también se apostó un carro panchero que vendía el completo, sin agregados, a $700 cada uno.