Fernández se consagró presidente y el peronismo vuelve al poder

POR LEONARDO DOMÍNGUEZ

No hubo sorpresas y Alberto Fernández liquidó el asunto. Aunque la ventaja sobre Mauricio Macri se achicó, el 48% que obtuvo fue suficiente para ser electo presidente en los históricos comicios de ayer y el 10 de diciembre asumirá para encarnar lo que se supone será un profundo cambio de modelo político y económico. Los dos se juntan hoy para encarar la transición y tratar de contener a los mercados en medio de una fuerte incertidumbre. El futuro mandatario necesitará de aliados en el Congreso para aprobar los proyectos de ley que mande durante su gestión (ver página 8).  

Fernández y su compañera de fórmula, Cristina Kirchner, llegaban como favoritos tras la ventaja de 17 puntos en las PASO. El “sí se puede” de Macri le sirvió para recortar cerca de 10 puntos, pero no fue suficiente para torcer la voluntad de la mayoría de los argentinos que fueron a las urnas.

Alberto perdió casi 2 puntos respecto a las PASO y descendió a 48%%, contra 40,4% que cosechó el actual presidente y 6,1% de Roberto Lavagna. Así las cosas, la grieta se apoderó de nuevo del escenario y el Frente de Todos sentenció las cosas sin necesidad de ir a un balotaje como intentaba el oficialismo y el peronismo volverá al poder después de 4 años de dominio macrista.

El nuevo presidente asumirá con varios objetivos de corto plazo que demandan medidas de coyuntura. Mantener estable el dólar, controlar la fuga de capitales, atemperar los efectos de la inflación y renegociar la deuda, como punto de partida de acciones de fondo que de a poco permitan superar la profunda crisis económica.

Hoy pinta para ser una bisagra que podría determinar la herencia. La incertidumbre reinante disparó de nuevo la moneda norteamericana, que ya supera los $63, se volvió a generar un contexto de acelerada inflación y el retiro de depósitos no para.

Si bien en el macrismo sostienen que todo se debe a la desconfianza hacia Alberto, lo cierto es que hasta los más incrédulos tendrán que acomodarse al resultado. El referente de Todos cantó victoria en 18 de los 24 distritos argentinos.

El exjefe de Gabinete de Néstor fue ungido por Cristina como candidato a presidente y la estrategia salió bien. Alberto fue la llave que provocó la unidad de la mayoría de los sectores peronistas que estaban desperdigados cuando daban por hecho que la expresidenta, con  cuestionamientos a cuesta por corrupción, iba a ser la candidata.

En los festejos, Fernández reiteró su intención de terminar con la grieta y su voluntad de gobernador para todos. Con él estuvieron referentes de todo el país, entre ellos el gobernador sanjuanino, Sergio Uñac (ver página 9).

El traspié del oficialismo abre el interrogante acerca del futuro político de Macri y el PRO. Los electores no le perdonaron los incumplimientos de promesas y la ineficacia para enderezar la economía que recibió. Aunque logró hacer reflexionar a una porción de los votantes de Roberto Lavagna, José Luis Espert y Juan José Gómez Centurión, que esta vez se inclinaron por él, y eso lo ayudó a escalar y dar vuelta las cosas en cuatro provincias.

Este lunes empieza la transición, con suficiente tiempo de antelación como para tratar de esquivar descalabros que agudicen la crisis. Uñac dijo ayer que gane quien gane, debería hacer una amplia convocatoria. Por lo pronto, hubo un buen gesto que va en ese sentido: Macri invitó a desayunar hoy a Fernández para tratar de ponerse de acuerdo de acá hasta el traspaso.

Cifra

80,8

Fue el porcentaje del padrón electoral que pasó ayer por el cuarto oscuro en todo el país. Son más de 27 millones de votantes.