La investigadora del Conicet acusada de homicidio en un juego sexual se negó a declarar

Este lunes por la tarde comenzó en San Juan el juicio contra Luciana Teresita Bustos, investigadora del CONICET, imputada por la muerte de Marcelo José Amarfil, ocurrida en enero del año pasado en Las Chacritas, departamento 9 de Julio. La acusada decidió guardar silencio y no prestar declaración en la primera jornada del debate oral.

La audiencia inició con la lectura de la acusación formal a cargo del fiscal Francisco Pizarro, perteneciente a la UFI de Delitos Especiales, junto a la ayudante fiscal Gemma Cabrera. Posteriormente, intervino la querella, integrada por los abogados Carlos Fleury y Hugo Trigo, quienes solicitaron prisión perpetua para Bustos, bajo los cargos de homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía.

En contraposición, la defensa de la científica, representada por el abogado Néstor Olivera, reclamó la nulidad del proceso argumentando una supuesta violación al derecho constitucional de defensa, aunque el planteo fue rechazado por el tribunal. Luego, cuando llegó el turno de la acusada, Bustos optó por no declarar ante los jueces.

Durante su exposición, el defensor planteó que su clienta fue víctima de un abuso y que actuó en defensa propia. Sostuvo que la relación entre ambos no era íntima, ya que Bustos es lesbiana y mantiene una relación con otra mujer. Según Olivera, Amarfil habría iniciado un ataque sexual y la agresión con el cuchillo se dio en ese contexto. Además, aseguró que el arma utilizada era un cuchillo de asado y que las lesiones sufridas por Amarfil podrían haber sido autoinfligidas.

Para el Ministerio Público Fiscal, sin embargo, el escenario es muy distinto: considera que Bustos atacó de manera premeditada y que la herida en el cuello que le causó la muerte a Amarfil fue producto de una acción homicida. La fiscalía se apoya en los resultados de la autopsia y en testimonios clave que serán presentados en los próximos días.

El hecho

Según la reconstrucción del caso, el 16 de enero de 2024 por la noche, Bustos pasó a buscar a Amarfil. Compartieron una cena en un bar del centro, y ya en la madrugada del 17, se dirigieron en automóvil a una zona cercana al aeropuerto. En ese lugar, aparentemente iniciaron un juego sexual dentro del vehículo.

La acusación sostiene que Bustos ató a la víctima con el cinturón de seguridad y le colocó un antifaz, dejándolo inmovilizado y sin visión. Luego lo apuñaló seis veces, provocándole graves heridas. Amarfil logró soltarse y salir del auto, pero se desangró en la banquina y falleció en el lugar.

Minutos después, un efectivo policial que circulaba por la zona se cruzó con Bustos, quien le manifestó que su amigo “se había suicidado con un cuchillo”, y que venían “de un asado” cuando él habría sufrido “un brote psicótico”. Estas primeras declaraciones forman parte del expediente.

El juicio continuará con la declaración de testigos claves, entre ellos personal forense y peritos que trabajaron en la escena. El tribunal buscará establecer si se trató de un asesinato premeditado o si, como sostiene la defensa, fue un hecho en el que Bustos actuó por desesperación.