Protocolo para el transporte de sustancias peligrosas, explicado por Gabriela Pérez

El vuelco de un camión cargado con una "sustancia peligrosa" cerca del Río Cosquín, en la provincia de Córdoba, desató alarmas tanto en la comunidad local como en las autoridades de la región. El incidente puso en riesgo la calidad del agua potable en una zona que depende de la pureza de sus ríos para el consumo diario. Si bien, hasta ahora, se desconoce la magnitud exacta del daño ambiental, la comunidad y autoridades locales coordinaron esfuerzos para contener el derrame y evitar que las sustancias peligrosas llegaran a los cuerpos de agua cercanos.

En este contexto, DIARIO HUARPE consultó a Gabriela Pérez, ingeniera de la Secretaría de Ambiente de San Juan, para comprender los protocolos y regulaciones que rigen el transporte de estos insumos y cómo se manejan situaciones de este tipo, ya que el camión, según se informó, viajaba con destino a San Juan.

Regulaciones sobre el transporte de sustancias peligrosas

Pérez explicó que, si bien no es necesario que el transportista informe a las autoridades provinciales sobre la carga que lleva, sí existen estrictos controles a nivel país cuando se trata de sustancias peligrosas. "El transportista tiene que estar habilitado para realizar ese transporte y puede transitar por rutas nacionales y provinciales, siempre y cuando tenga las habilitaciones correspondientes de Nación", detalló Pérez, refiriéndose a los requisitos establecidos por la legislación nacional para el transporte de estas sustancias.

De acuerdo con la funcionaria, los protocolos nacionales son los que deben cumplirse cuando se trata de residuos o sustancias peligrosas que transitan por las rutas del país. "Cuando alguien transita por las rutas argentinas, ya sea con residuos o sustancias peligrosas, hay un protocolo nacional que hay que cumplir y las habilitaciones se tramitan en Nación", subrayó.

Por otro lado, cuando el traslado de estos materiales se realiza solo dentro de una provincia, la provincia es responsable de establecer el protocolo y las habilitaciones correspondientes para ese tipo de transporte. No obstante, Pérez destacó que para el traslado de sustancias peligrosas específicamente, no es necesario que el transportista pida permiso a las provincias para ingresar, ya que son consideradas insumos comerciales comprados por las empresas y, como tales, deben ajustarse a los protocolos nacionales.

El comercio de sustancias peligrosas y su regulación

Gabriela Pérez también abordó la cuestión del uso de fertilizantes y otras sustancias peligrosas en la provincia, señalando que estos camiones ingresan constantemente debido a la actividad agroindustrial.

En las provincias con características agroindustriales, es común el tránsito de camiones con productos como fertilizantes, químicos y otras sustancias peligrosas utilizadas en la producción agropecuaria.

“Cada industria o cada emprendimiento agrícola, antes de iniciar su actividad, tiene que presentar una declaración de impacto ambiental. En esa declaración se especifica el uso o no de fertilizantes, de químicos o de sustancias peligrosas. Dependiendo del tipo de actividad y sustancia que va a usar, esa declaración es aprobada o no”, explicó Pérez.

En este sentido, aclaró que cuando se trata de una finca que va a utilizar fertilizantes o pesticidas, el control es competencia del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), ya que se trata de producción primaria.

El rol de las provincias y el control de los residuos

Pérez también hizo hincapié en que, aunque no es necesario que el transportista pida permiso en cada provincia para trasladar sustancias peligrosas, en el caso de residuos, sí debe hacerlo.

“Si es residuo, el transportista debe pedir permiso a la provincia para su tránsito. Pero si se trata de una sustancia peligrosa que una empresa compra como insumo para su actividad, el control recae en la Nación, que regula y autoriza el transporte de estos materiales”, explicó la subsecretaria.

Esta diferenciación entre sustancias peligrosas y residuos es clave para comprender cómo se gestionan los riesgos asociados a estos materiales en el país. El hecho de que el protocolo de residuos esté regulado por cada provincia, mientras que el de sustancias peligrosas depende de la Nación, establece una clara distinción en cuanto a responsabilidades y procedimientos a seguir.

Conclusiones y próximos pasos

El incidente en Córdoba ha puesto en evidencia la necesidad de una mayor coordinación entre las autoridades provinciales y nacionales en el manejo de sustancias peligrosas, especialmente cuando el transporte de estos materiales pone en riesgo ecosistemas sensibles como el Río Cosquín.

Aunque las regulaciones nacionales son claras, el caso del camión volcado ha resaltado posibles lagunas en la comunicación y el cumplimiento de protocolos a nivel provincial.

Gabriela Pérez reafirmó la importancia de continuar con la supervisión de las actividades agroindustriales y el transporte de sustancias peligrosas, destacando la relevancia de los controles ambientales y la necesidad de que las empresas ajusten sus operaciones a las normativas vigentes para prevenir futuros incidentes que puedan afectar tanto al medio ambiente como a las comunidades.

Este evento también subraya la importancia de mantener la vigilancia sobre el uso y transporte de sustancias peligrosas, especialmente en regiones con alto volumen de actividad agrícola e industrial, donde el control de estos insumos es fundamental para proteger tanto los ecosistemas locales como la salud pública.