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Provinciales

A sus 40 años eligió cumplir su sueño y entró a la universidad

Este año, gracias a su esposa, tomó la decisión y empezó eso que de joven no pudo por darle lugar al trabajo.   

POR REDACCIÓN

27 de agosto de 2022

Para estudiar no hay edad, dicen algunos y para alcanzar los sueños tampoco. Este es el caso de Alfredo Sosa, un chofer de la empresa Alto de Sierra que encontró el equilibrio entre el trabajo y el estudio, para poder convertirse en un futuro politólogo. Superando las barreras de la edad, el colectivero, encontró su lugar entre profesores y nuevos compañeros en la Facultad de Ciencias Sociales. 

"Desde muy joven milito, me apasiona la política, pero por cuestiones de recursos, fue algo que no se dio. Mi señora fue la que me inscribió, un día llegue y me dijo: "ya estás anotado". Rendí el examen de ingreso y lo saqué en la primera oportunidad", comenzó contando Alfredo Sosa, chofer de colectivo, a DIARIO HUARPE, quien reconoció que esa primera parte se le hizo muy fácil, pese a llevar muchos años sin estudiar. 

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Una vez habilitado para el cursado, la cosa se puso cuesta arriba, había que encontrar el equilibrio entre su trabajo diario y su nueva actividad. "Cuando entré, fui a hablar con mis jefes para que me dieran un permiso especial que me permitiera trabajar solo en las mañanas y así tener libres las tardes para ir a la facultad. Por suerte me entendieron y me dieron una mano y me dejaron fijo solo en las mañanas", explicó el chofer de la línea 303. 

Los días del chofer de 40 años, arrancan muy temprano con el primer turno a las 5.30 de la mañana y el regreso a casa, en muchas oportunidades es pasada las 22 horas, dependiendo como marche la cursada. "Para mí fue un logro muy importante cuando regularicé todas las materias del primer cuatrimestre. Había aprobado todo. Yo vivo en Angaco, es un sacrificio grande el que hago no solo yo, sino también mi familia", acotó Alfredo. 

Es que en más de una oportunidad, Alfredo tuvo que perderse salidas familiares, cumpleaños u otras actividades para aprovechar el tiempo y estudiar. "Me ayudaron muchísimo, mi esposa sobre todo me tiene mucha paciencia. Mi mamá y mis hermanos también me ayudan y están orgullosos de lo que estoy haciendo", explicó. 

Alfredo contó que al principio la adaptación costó, pero que hoy tiene su grupo de estudio formado y son muy compañeros entre ellos. "Me tratan con mucho respeto los chicos, y se apoyan en mí por la experiencia. Cuando hay que rendir a mí no me da miedo, pero algunos de ellos se ponen muy nerviosos, y ahí estamos para apoyarlos y animarlo. Lo mismo con los compañeros que quieren tirar la toalla", mencionó, al mismo tiempo que dijo que sus profesores supieron entender su situación. "Son muy comprensivos y me tienen paciencia".

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Al ser chofer de línea, aseguró que muchas veces se encontró con compañeros de la facultad arriba del colectivo. "Algunas veces suben compañeros y en ese momento aprovechamos para hablar de las materias o repasamos para algún parcial. Así fue que la gente se enteró de que es lo que yo hago", agregó Alfredo, quien dijo que gracias a la tecnología pudo avanzar un poco más rápido con las tareas. "Mientras voy haciendo una cosa, con un programa que convierte documentos en audio, voy escuchando y tomando nota, es como estar en clases". 

Finalmente, para aquellos que aún no se animan, Alfredo dijo que "que hagan lo que realmente quieren de corazón y que traten de superarse día a día. El principal fundamento de la vida, es levantarse cuando uno se cae. Todo mi secundario lo trabajé y por cuestiones de la vida pospuse mis estudios, hasta hoy. Si uno hace un esfuerzo y le dedica tiempo a lo que uno ama, tiene que hacerlo". 

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