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Continuar Vida, la fundación sanjuanina que le devuelve la sonrisa a los niños
Asiste a menores internados con ropa y juguetes.
POR REDACCIÓN
Convertir la desesperanza y el dolor en sonrisas. Devolverle la sonrisa a los niños, esas que conmueven al mundo. Esa es la difícil, pero inspiradora misión de la Fundación Continuar Vida San Juan, encabezada por Adriana Patricia Caiña, quien la fundó y trabaja con otras mujeres para llegar a la mayor cantidad de chicos internados en el Hospital de Niños de San Juan y también fuera de la provincia.
Caiña, junto a sus compañeras de la fundación, asisten con ropa, juguetes, leche y alimentos a todos los niños con diversas enfermedades, tanto dentro como fuera de la provincia. Además, la fundación también se encarga de concientizar acerca de la importancia de donar órganos y tejidos. Así ayudan a hacer la estadía de los niños en los hospitales más amena festejando cumpleaños, regalando juguetes en el Día del Niño y que se sientan un poco más cerca de su familia y su hogar.
Las madres van hasta el domicilio y se les entregan las donaciones. Les cuesta porque son personas de alto riesgo por tener a los chiquitos como los tienen. Pero es tanta la necesidad que se acercan igual.
Movilizada por el caso de un nene que sobrevivía gracias a un corazón artificial en Corrientes, Caiña abrió la fundación en 2012 bajo otro nombre para luego adherirse a la fundación con sede en Buenos Aires que lleva su actual nombre: Fundación Continuar Vida. Desde entonces, trabaja incansablemente. Sin embargo, con la llegada del coronavirus su actividad se hizo cada vez más difícil.
Este fue un año difícil y no pudieron realizar muchas actividades, pero eso no las desanima a movilizarse recibiendo donaciones. Ahora participan del Concurso Sanjuanino Solidario y planean emplear los $100.000 para poder llegar a más niños, más madres y darles la calidad de vida que necesitan.
"El ver la carita de los chicos a pesar de saber que están pasando por un mal momento nos hace muy bien. Porque en ese momento ellos se olvidan del mal que están pasando y están viviendo y disfrutan de un juguete, charla, golosina", concluye.