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Donald Trump y la segregación de los palestinos

POR REDACCIÓN

23 de noviembre de 2019
¿Adiós al sueño del Estado palestino? No hay duda de que mientras Donald Trump sea presidente esta medida no podrá ser llevada a la practica, tras la decisión del mandatario estadounidense de reconocer como legales los asentamientos israelíes en Cisjordania. Claramente, Trump ha tomado partido por Israel. Pero, ¿qué harán los próximos presidentes de Estados Unidos con la solución de los "dos Estados", que apoyan más de un centenar de países, incluido el Vaticano. "EEUU sigue sonsacando su rol como mediador objetivo", dijo a Télam Arie Kacowicz, profesor del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalen. Para este analista, que es autor del libro "Zonas de paz en el Tercer Mundo", entre otras obras, "la actitud de EEUU no ayuda para nada a volver a las negociaciones sobre la posibilidad de los 'dos Estados'". Antes, el jefe de la Casa Blanca había trasladado la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén Este, violando las disposiciones de las Naciones Unidas por ser un territorio en disputa, y reconocido como israelíes a las Alturas del Golán, conquistadas a Siria en la Guerra de los Seis Días en 1967. Ahora, Trump ha lastimado el corazón de los palestinos, ya que la eliminación de todos los asentamientos -arrebatados en distintas guerras- es uno de los principales reclamos de las extinguidas negociaciones de paz. Por el contrario, la organización de las Naciones Unidas rechazó la decisión de Washington y dijo que seguirá considerando a dichos establecimientos ilegales como una "violación flagrante de la legislación internacional". Todo ha ocurrido en una semana en la que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha sido acusado de presunto fraude, cohecho y abuso de confianza en varios escándalos de corrupción. Antes de que se conociera esta noticia, Israel se encontraba sumido en la incertidumbre luego del fracaso del líder centrista Benny Gantz de formar un nuevo gobierno, por lo que el país quedó al borde de realizar las terceras elecciones legislativas en un año. Gantz, por otra parte, apoyó también la decisión de Trump sobre los asentamientos. Algunos analistas creen que, con esta medida, el magnate inmobiliario busca apoyo entre la poderosa colectividad judía-estadounidense para ganar las elecciones presidenciales de 2020. "Netanyahu presentó la declaración de (el secretario de Estado, Mike) Pompeo como un gran triunfo de su propia política frente al gobierno de EE.UU", dijo a Télam Mario Snajder, profesor emérito en Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Además, Snajder resaltó: "Sabemos que el Partido Demócrata se opone abiertamente a reconocer la legalidad de los asentamientos israelíes en Cisjordania, y también que una serie de cambios políticos pueden revertir esta postura de Trump". La decisión del magnate estadounidense, que en el plano doméstico afronta una investigación para un eventual juicio político por su presunta manipulación de la ayuda exterior a Ucrania, supone otra puñalada al proceso de paz que se encuentra paralizado desde abril de 2014. A Trump parece gustarle romper con la tradicional política de Estados Unidos: rompió una regla que regía desde los tiempos del fallecido presidente Ronald Reagan (1981-1989). Se estima que unos 430.000 colonos israelíes viven en Cisjordania (otros 200.00 en Jerusalén Este) junto a unos tres millones de palestinos, según informes de la organización no gubernamental israelí Paz Ahora. Pero los asentamientos han ido creciendo a un ritmo constante, y desde que Trump asumió el gobierno en enero de 2017, unos 30.000 nuevos colonos han llegado a dichas tierras. Sin embargo, cuando se firmaron los Acuerdos de Oslo, el 13 de septiembre de 1993, vivían un total de 160.000 colonos en Cisjordania. Actualmente, su presencia se ha triplicado en un 40% con la llegada de judíos ortodoxos a los asentamientos próximos a la Línea Verde (divisoria de los territorios hasta 1967), frente al 30% de sionistas religiosos y 30% de laicos, según informes del diario El País, de Madrid. Cuando se desvinculó del cumplimiento de Oslo, porque la situación era "insostenible", el presidente palestino Mahmud Abbas resaltó que los asentamientos israelíes habían socavado el proceso de paz. Eclipsado por otros conflictos regionales, entre ellos la guerra civil en Siria, el conflicto palestino ha pasado a un segundo plano. Sin embargo, el espíritu negociador de aquellos días de Oslo podría ser reactivado en el futuro bajo el liderazgo de otros jefes de gobierno cuando finalice, obviamente, la Administración Trump.
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