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Provinciales > Calles anegadas

La lluvia complicó tres asentamientos en Rivadavia: las familias perdieron todo

Viven en los complejos Pellegrini, La Paz y Evita. Algunos comenzaron de cero tras el sismo, pero ahora quedaron en la calle.

15 de marzo de 2021

La lluvia arrasó con todo. Más de 180 familias de distintos asentamientos de Rivadavia se vieron perjudicadas por las tormentas que se registraron durante la madrugada de este lunes. Son vecinos de tres complejos habitacionales: Pellegini, La Paz y Evita. Para ellos el día comenzó temprano. Cerca de las 3 de la madrugada iniciaron las corridas para salvar lo poco que les quedaba en pie luego del terremoto de 6,4º que sacudió a la provincia el 18 de enero.

“Tengo bronca, impotencia”, dijo a DIARIO HUARPE Alicia Palacios, de 51 años. La mujer explicó que su casa se trizó luego del sismo, pero las copiosas lluvias generaron grietas que filtraron el agua hacia el interior de su vivienda.

Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Palacios aseguró que fueron meses muy complicados para todos en el vecindario. Ella sufrió el desprendimiento del techo de su habitación por lo que tuvo que migrar hacia otro sector del terreno. Sin embargo, el barrizal y la creciente terminaron por ahogar los sueños de progresar. “No puedo habitar más este lugar. Esta noche dormiremos a la intemperie”, sostuvo. La mujer vive junto a sus cinco niños.

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María Vargas está un poco mejor dentro del caos. Si bien el agua ingresó al patio de su vivienda no llegó hasta el interior. Esto se debió a que sus hijos lograron reconstruirle las paredes que la creciente de los primeros días de marzo derribó.

“A mí se me mete mucho el agua, pero esta vez no me dañó ningún mueble. No le tengo miedo a los refucilos, pero sí a lo que la lluvia deja”, indicó.

Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Preocupados, y ayudando a un familiar, un grupo de hombres avanza entre el agua que está estancada sobre la calle para rescatar los pocos electrodomésticos que les quedaron a sus parientes. “La casa se les está por caer, por eso los estamos ayudando”, dijo uno de los colaboradores. También asistieron a los niños de esa familia. Son dos pequeños, pero las condiciones edilicias en la que se encontraba la vivienda los asustaron bastante.

Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Un par de neumáticos ardían sobre la calle. Aseguran que era el único medio de visibilizar su problemática para que las autoridades le dieran una respuesta. A un costado, un grupo de más de diez personas estaban sentadas entre el barro y los perros. Estaban desolados. Con una frazada en los hombros mitigaban el frío provocado por la humedad y la desesperanza.

Faltaban los botes para llegar hasta el interior de las casas. Un pasillo quedó colapsado y Francisco estaba con su pequeña hija en brazos. Invitó al equipo de prensa de este medio a ingresar a su vivienda. Primero debieron atravesar los charcos que se generaron sobre el callejón que lo conecta con sus otros vecinos. Su casa tenía las puertas abiertas. Estaba todo húmedo. A lo lejos se divisaba un cúmulo de diez centímetros de agua que embebía los colchones que tenían tirados sobre el piso.

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Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

“Acá se cayeron como treinta casas. Las paredes cedieron con la humedad y tuve que sacar la camioneta por miedo a que quedara enterrada”, señaló.

Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Silvana es la jefa de familia de un grupo constituido por ocho personas. La creciente arrasó con una pequeña verdulería que inauguró durante el tiempo de pandemia para poder obtener su sustento diario. La inclinación del terreno hizo que el agua aumentara unos 30 centímetros y que le llegara a la mitad de la pierna.  

Foto: Mariano Martín / DIARIO HUARPE.

Una bolsa de cemento mojada es la señal de dolor que le provoca a Laura Terruel. La mujer es mamá soltera y tiene seis hijos pequeños. Consiguió una ayuda para volver a poner en pie su hogar, aunque el agua le ganó la pulseada y ese esfuerzo quedó trunco. Alejados del dolor, los chicos chapoteaban en el barro en donde antes se juntaban a almorzar.

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