Economía > ¿Se acabó el coronavirus?
Los epidemiólogos ante clima "fin de pandemia" y el efecto de la cepa Delta
Tras 14 semanas de descenso sostenido de casos de COVID en el país, los especialistas comprenden la tendencia al relajamiento entre la gente pero advierten sobre las consecuencias ante la emergencia de nuevas variantes de la enfermedad.
POR REDACCIÓN
"Es lógico que se esté apagando la segunda ola a estas alturas: primero por la cantidad de gente que ya está vacunada y en segundo lugar, por un proceso natural de la segunda ola", escribió para Noticias Argentinas, Luis Camera, médico infectólogo y asesor presidencial en materia de lucha contra la pandemia de coronavirus.
Camera sostiene, sin embargo, que "ahora que hay mayor apertura y una sensación de que se está yendo la pandemia hay que tener más cuidado. ¿Por qué?, porque tenemos que tratar que no regrese y es por eso que el uso del barbijo todo el tiempo sigue siendo de capital importancia. Se pueden hacer muchas actividades, pero con protocolo y, sobre todo, con barbijo. Incluso cuando alguien se infecta, el uso del barbijo dentro del hogar cada vez que contactan entre sí es fundamental para que no haya transmisión interna".
La sensación de fin de pandemia que preocupa a Cámara tiene de base los datos más recientes de la situación sanitaria. El Gobierno informó, por ejemplo, que "llevamos 14 semanas de descenso sostenido de casos de COVID en el país, gracias al avance en la campaña de inmunización más grande de la historia argentina que llevan adelante en el territorio miles de vacunadores y vacunadoras que ven cristalizado su formidable esfuerzo, sumado al del Gobierno Nacional para conseguir las dosis", dijo el secretario de Calidad en Salud de la Nación, Arnaldo Medina.
Pero Cámara advierte: "Ya tenemos circulación comunitaria de Delta en Córdoba y en la Capital Federal muy espaciada. Es difícil saber por qué tres meses después de haber tenido el primer caso, no se haya generado una epidemia significativa, pero es probablemente una cuestión de tiempo. Mi teoría es que hay una competencia ecológica entre el virus de Manaos y el Andino, dejándole poco espacio a Delta, aunque cuando esté bajando la segunda ola, hay una gran posibilidad de que Delta se exprese. De ser así, en un lapso entre tres a seis semanas deberíamos tener una ola con la variante Delta".
"Ahora estamos en una situación donde se ha acelerado la vacunación y se han visto reducidas las muertes, pero no así los contagios y más ahora con la preocupación de la variante Delta. Nos hemos relajado todos socialmente y esto es muy evidente. No solo en la Argentina, viajo mucho por la medicina y lo he visto en diferentes lugares. La gente no dio más ni a nivel económico ni mental", escribió, por su parte, Yamil Ponce. médico del Hospital Argerich, también para NA.
Ponce dice que "el volumen de la ola que pueda generar Delta depende mucho de las medidas que se tomen para controlar este momento con la gente que viene de afuera y sobre todo el comportamiento comunitario para tratar de detener a la variante, sumado a la cantidad de vacunas que se estén dando. El escenario ideal es que tarde mucho y mientras tanto sigamos vacunando a ritmo elevado. Es importante aclarar que es muy difícil de controlar solamente con restricciones una ola de Delta por la alta transmisibilidad que tiene. El verdadero tapón para esta variante es tener una población con altos índices de vacunación, teniendo al menos 60% de la gente con dos dosis, pero acelerando para llegar al 80% con ambas vacunas".
"Delta no es solo otra letra griega", ironiza, aunque preocupado, el médico neurólogo, Conrado Estol, quien admite que "la pandemia ha dejado de ser el centro de la atención en la Argentina" y que "el debate pasa más por las próximas elecciones, el fútbol y la primavera".
"Prefiero creer que en realidad todos sabemos la respuesta y, como suele suceder, la neurociencia de la negación se impone una vez más sobre el pensamiento racional. Y lo esperable es que negar eventos que ocurrirán, en general tiene consecuencias -esto, los argentinos lo sabemos bien-. La historia natural de los virus es que una nueva variante reemplaza a la previa, y no necesariamente porque sea más contagiosa. Esto es lo que sucede casi todos los años con el virus de la gripe. Por lo que sería excepcional que la variante Delta no se diseminara en la Argentina como lo ha hecho en decenas de países", argumenta.
Según Estol, "cuando la variante Delta se disemine, la mayoría de los vacunados que se contagien solo tendrá síntomas menores, pero una baja proporción, que no es posible predecir, podrá necesitar hospitalización. Un problema adicional es que esta variante les generará una alta carga viral que aumenta la probabilidad de que ellos sean a su vez contagiadores. Por esta doble razón -no contagiar a otros y evitar una hospitalización por COVID severo- es que incluso los vacunados con dos dosis deberán cuidarse durante un nuevo brote".
Pero mucho más se deberá cuidar la alta proporción de personas que en la Argentina aún no ha recibido dos dosis de la vacuna. Ellos tienen un mucho mayor riesgo de contagiarse y tener una versión severa de la enfermedad", resalta.
En la Argentina ya recibió dos dosis un 33% de la población. "Esto es preocupante cuando todos los días leemos que países con 50 a 60% de la población con dos dosis han tenido brotes con consecuencias".