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Cultura y Espectáculos > Italia

Para su director, "El cartero" es "una película de crisis dentro de la crisis"

POR REDACCIÓN

07 de noviembre de 2019
Con "El cartero", su primer trabajo de ficción, el editor y documentalista Emiliano Serra logra sacar partido de su propia experiencia cómo repartidor de cartas, y relata la historia de un joven que entra a trabajar al Correo Argentino en tiempos de su privatización, en la década del 90. Serra -recordado por sus anteriores "La Raulito, golpes bajos", "Ecce Homo" y "Operación Cóndor"- sale a recorrer dos calles del microcentro porteño -Viamonte y Tucumán- para contar la historia de Hernán, un joven recién llegado del interior, que estudia imagen y sonido en la UBA y consigue un puestito con el que vivirá el primer capítulo importante de su madurez. Serra contó con la valiosa colaboración de Tomás Raimondi como el personaje central, secundado por un equipo de artistas invitados como Germán De Silva, Jorge Sesan, Germán Palacios, Marta Lubos y Edda Bustamante, así como la colaboración de Gustavo Santaolalla en la banda de sonido. Télam: Caminaste mucho por la edición y el campo del documental:¿qué es lo que ahora te lleva a esta ficción? Emiliano Serra: Por años fui montajista y director de documentales, y hace cinco años que venimos trabajando con el guionista Santiago Hadida para hablar sobre el tema del "correogate", y a pesar de que ya desde el comienzo el argumento tenía cosas mías siempre se trató de una ficción, que tenía que transcurrir en los años 90 y todo lo que esto nos estaba generando. T: Entonces nació como una ficción... ES: Si, me la imaginaba como una ficción por la cantidad de personajes que tenía guardados. El tema era cómo contar los noventas con ese contexto político y social, idea que le propuse a mi amigo Santiago, con el que estuvimos trabajando un montón. Pensé que esta película podría ser mi ópera prima como ficción y así fue, creciendo toda la historia del correo y su privatización relacionada con el presente a partir de mi propia experiencia. T: Las calles del microcentro siguen siendo muy parecidas a las de entonces, lo que se devaluó es el papel de la carta como instrumento de comunicación entre la gente... ES: Dentro de las cosas que teníamos que contextualizar en la película, donde lo político era lo más importante, también estaba el romanticismo de la carta, por eso él le escribe cartas a la chica de la que está enamorado. No había celulares. Ahora es todo una locura. En mi película no quería ni celulares ni armas. La ciudad vuelve a tener, como en los 90, vagabundos. No es casual que estemos en un momento político similar. Cuando yo era cartero no lo tenía tan claro como ahora. La tomamos como una película de crisis dentro de la crisis, ahora mucho más nerviosa que entonces. T: Hay una descripción bastante minuciosa de esas dos calles entre el Bajo y la 9 de Julio... ES: Yo era cartero de aquí, de Buenos Aires, no del interior como Hernán, pero trabajaba con muchos pibes provincianos. Todo lo que se generaba con los porteros era un flash, y algunas situaciones muy singulares, pero tampoco quería hacer una oda al cartero... T: La de cartero es en la actualidad una profesión en vías de extinción tal cómo se la conoció durante el siglo XX... ES: Hace poco me reencontré con un viejo compañero y me contó que siguen existiendo un par de carteros por sucursal, que lo único que hacen es llevar boletas o facturas pero cartas, cómo se conocieron en la vieja época, ya no. Cuando trabajaba de cartero lo principal eran las cartas. Entonces relacionarte con una chica era muy difícil y hoy todo eso está reemplazado por un celular. No sé si está bien, pero es lo que hay. De alguna forma también es una historia de amor. Nos gustó mucho meternos en los 90, incluso aparecen los Luncheon Tickets, que por suerte ya no existen Qué tiempos distintos eran esos... T: ¿Cómo fue el rodaje? ES: Filmamos en cuatro semanas, era mi primer película, teníamos poco tiempo, hubo mucha cámara en mano y no nos podíamos mover mucho porque la acción transcurría en el Centro y debía dar la imagen de cómo eran los 90. Además conté con la ayuda de camarógrafos que pueden esquivar todo aquel detalle actual. Logramos una buena estética noventosa. Conte con un muy buen trabajo en la dirección de arte T: La elección del protagonista fue clave porque es el que moviliza el relato... ES: fue muy importante la elección de Matías Raimondi. La película, a fin de cuentas, es un laburo colectivo, un trabajo social en el que lo más importante es que todos tiremos para el mismo lado. Con "El cartero" estoy muy contento.
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