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El dolor de una familia y de compañeros por la muerte de Martín Zabala
POR REDACCIÓN
Son indescritibles, los momentos de tensión y dolor que sufrieron los familiares de Martín Zabala, al llegar al lugar en el que los rescatistas encontraron el cadáver del joven policía tras caer en un auto al canal Benavídez junto con otros dos compañeros, quienes sobrevivieron la hecho.
Martín era uno de los tres amigos, quienes viajaban en un Ford Focus. Aparentemente, el grupo había salido a bailar y estaba de regreso a casa por calle Benavídez cuando en un momento determinado el conductor del vehículo, el cabo Cristian Carrizo, perdió el control y se fue al canal. Esto fue a la altura de la calle Greco. El chofer del Focus y el acompañante Leonardo Gómez salieron ilesos del vehículo, pero Martín fue llevado por la corriente del Benavídez ya sin vida.
A varios kilómetros de la zona del siniestro, las autoridades rescataron el cuerpo del oficial Zabala, más específicamente en frente del Cementerio Las Chacritas en el departamento 9 de Julio. Fue visto por unos trabajadores de una bloquera con domicilio en Ruta 20, a metros de Solís. Según una alta fuente de la Policía, Martín venía abrazado a la rueda, pero muerto. Tras el alerta de los trabajadores, un bombero se lanzó a rescatar el cuerpo.
Una vez que los restos estuvieron en tierra y tapado, alrededor se montó un gran despliegue policial con al menos 8 patrulleros, un camión de bomberos y dos motos. Esto fue cuatro horas después del accidente, que ocurrió cerca de las 6.30. Hasta el lugar, y en silencio ante la prensa, funcionarios policiales se acercaron hasta el operativo. En sus caras se podía ver la conmoción por lo que había pasado. Entre ellos estaban, el secretario de Seguridad Gustavo Fariña, el jefe del D5 comisario mayor Silvio Reinoso, el jefe de la Regional Capital Gregorio Díaz y jefe de la División Homicidios principal Maximiliano Molina, entre otros.
Pasadas las 11, llegaron los familiares del muerto. El grupo arribó a toda velocidad en un auto y frenó a metros del operativo. Desesperados uno por uno salieron del auto y corrieron hasta la zona donde se encontraba el cuerpo de Martín. Querían saber si era él. Ningún policía pudo detener la marcha. Entre ellos estaba el padre, quien se abrazó con otro hombre tras reconocer al cadáver, era su hijo. Antes el hombre se había enterado de la peor forma. En la zona de la caída del auto, los policías presentes la manifestaron que a su hijo se lo había llevado la corriente.
Ninguna contención policial, calmaría el llanto, el sufrimiento y el dolor que tenían los parientes del joven uniformado, después de confirmar con sus propios ojos que era Martín.