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Provinciales > Tiene 29 años

A una sanjuanina le diagnosticaron esclerososis múltiple y la obra social la desafilió: “Es mi vida la que está en juego”

El tratamiento consiste en inyecciones y sale $220.000 mensuales.

19 de julio de 2020

“Me costó un montón publicar en redes mi situación, lo hice para que no vuelva a pasar. La salud de las personas no debe ser un negocio, para Omint sé que soy sólo un número que le ocasiona gastos, pero para mí este tratamiento implica mi vida”, dice Yésica Jiménez.  

Yésica tiene 29 años y en la primera semana de marzo recibió un diagnóstico que nunca se imaginó que iba a escuchar: esclerosis múltiple. Estaba en el comienzo de la enfermedad, por lo que le recetaron un tratamiento que sale más de $200.000 y que debía cubrir la obra social Omint. Esto nunca ocurrió ya que cuando realizó los pedidos recibió una carta documento en la que le informaron que había quedado desafiliada.

Todo comenzó cuando en marzo perdió la visión del ojo derecho. Pensó que podía ser estrés porque había estado estudiando, ya que días antes había rendido la última materia de Contador Público. Estaba empezando a preocuparse por el trabajo final de la carrera cuando dejó de ver con uno de sus ojos. Le hicieron varios estudios, entre ellos una resonancia magnética de cerebro en la que aparecieron algunas lesiones.

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En ese momento estaba comenzando la cuarentena obligatoria por el coronavirus así que una neuróloga y un oculista la atendieron de urgencia y a los días le confirmaron la enfermedad que tenía.

Tenía que seguir realizándose estudios, aunque de igual manera le indicaron una medicación leve para detener el avance. “La solicité a Omint, mandé historia clínica y todo, llamaba, mandaba WhatsApp, correos y no me respondían, así pasó cerca de un mes”, cuenta.

“Uno nunca se espera esto, no está preparado para estas cosas, pero yo dije `bueno al menos tengo obra social’ y según me dijo la neuróloga, me tiene que cubrir al 100% el tratamiento”, dice la joven.

A fines de mayo le llegó una carta documento en la que le informaban que quedaba desvinculada de la obra social porque había mentido en la declaración jurada. “Decían que esta enfermedad la tenía desde antes porque hacía 12 meses me había hecho estudios, una resonancia, y eso es totalmente falso”, relata Yésica que es socia de Omint hace un año y tres meses.

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Cuando esto pasó, la obra social seguía cerrada y ella seguía sin obtener otra respuesta además de la carta documento. Tuvo que poner una abogada que presentó un recurso de amparo del que aún espera respuestas.

Mientras tanto, empezó a averiguar del remedio que le habían recetado, el Escadra cuya droga es acetato de glatiramer y debe autoinyectarse diariamente. Consultó y tiene un costo mensual de $220.000 el cual asegura que para ella es “imposible de afrontar”.

Yésica aún no tiene respuestas ni del recurso de amparo ni de la obra social, mientras tanto su enfermedad avanza.  “Ya no sé qué hacer, empezando con el tratamiento me quedaría mucho más tranquila”, cierra la joven, mientras aguarda por una solución.

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