POR REDACCIÓN
07 de enero de 2020
Por Yael Bendel (*) Durante el año 2019 nuevamente advertimos un aumento de denuncias de abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes. Y como decimos habitualmente, es difícil determinar si aumentan los casos o aumentan las denuncias. Desde nuestro trabajo con los equipos interdisciplinarios sabemos que la visibilización, el diálogo y la educación sexual integral han demostrado ser herramientas fundamentales e indispensables para que las víctimas, o personas cercanas a éstas, que sospechen o adviertan los abusos, puedan denunciar. También observamos un incremento en lo que comúnmente se denomina "escraches" entre niñas, niños y adolescentes, que usualmente se viralizan a través de las redes sociales y otros medios, amplificando, y muchas veces, distorsionando el alcance del contenido del escrache. Como Ministerio Público Tutelar esto también nos preocupa y nos ocupa, teniendo en cuenta los efectos perjudiciales y el impacto que producen en aquellos que son "escrachados" y también en quienes los realizan. Nadie sale indemne de esta situación. Ambas partes pertenecen a una población vulnerable que difícilmente pueda enfrentar y sortear los efectos de una viralización. Existen vías de resolución de conflictos que es importante conocerlas y acudir a ellas ante la vulneración de derechos de una niña, niño o adolescente. Los organismos de protección trabajamos permanentemente e intervenimos para acompañar, proteger y restituir derechos a este colectivo. Uno de los objetivos que debemos procurar, el más importante, es "reparar el daño producido en la víctima" y, en este sentido los escraches no sirven a este fin y suelen operar como herramientas de revictimización, dado que se pone en duda la palabra de quien lo padeció. Y sobre la niña, niño o adolescente sobre el que recae el "escrache", no debemos olvidar que son sujetos que aún siguen aprendiendo y aprehendiendo conceptos, conductas, emociones y esta modalidad puede segregarlos, discriminarlos, estigmatizarlos y lo que es peor: no deja lugar a ninguna reparación. Este año nos encontraremos con nuevos desafíos y también con el compromiso de profundizar en la prevención, por eso consideramos importante facilitar y dar a conocer los organismos que trabajamos en la protección de derechos de la infancia y el trabajo que realizamos en los ámbitos donde las niñas, niños y adolescentes se desarrollan. Estar informados es un derecho y nosotros debemos garantizarlo. (*) Asesora General Tutelar del Ministerio Público Tutelar de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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