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Antonio Castro, el hombre que reparte felicidad en plena pandemia
Por David Silva
El miedo, la espera y la angustia están a la orden del día en los pasillos de las terapias sanjuaninas. A veces la alegría invade las habitaciones y José Antonio Castro, de 39 años, se propuso convertirse en el mensajero de la felicidad. Todos los años, con esfuerzo y dedicación propia, visita las terapias infantiles de los hospitales sanjuaninos repartiendo juguetes y llevando, aunque sea, un poco de alegría a los niños y sus familias.
“Hace ocho años hago esto. También lo hago en los barrios humildes y me gusta sacarle aunque sea una sonrisa a un niño”, cuenta a DIARIO HUARPE en las vísperas de una Navidad particular en el mundo entero. Pero este año fue más que especial para él: es que a principio de año sufrió un ACV. “Tuve que dejar muchas cosas de lado, pero ahora estoy bien de salud. No sé si tengo secuelas, pero estoy bien”, asegura. José Antonio trabaja en el área de mantenimiento del Instituto Médico y durante las tardes trabaja como electricista para sostener a su familia compuesta por su esposa y seis hijos. Todos comparten un hogar en La Bebida.
En la mañana de este jueves repartió juguetes en el Cimyn, pero no tuvo éxito al intentar entrar al Hospital Rawson. Es que, a pesar de tener la autorización y conocer los protocolos, al papel le faltaba una firma. “No pude dejarle unos juguetes a los niños y aunque sea sacarle una sonrisa porque es feo pasar la Navidad en un hospital y más ahora con la pandemia”, se lamenta, pero no se rinde. Motivado por sus hijas y ver la felicidad contagiosa del espíritu infantil en una risa lo impulsan a salir, cada año, a repartir emoción en los lúgubres pasillos de las terapias.