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Provinciales > Día del Trabajador

El trabajo que nadie observa pero que todos ven: cómo es ser repartidor de comidas en San Juan

El sistema, polémico por las condiciones laborales de los trabajadores, forma parte del paisaje habitual de la provincia. DIARIO HUARPE hizo el recorrido laboral de tres de los repartidores. 

01 de mayo de 2022

A mediados del 2019, arribó en la provincia de San Juan un medio de reparto a domicilio que generó polémica por las condiciones laborales de los trabajadores que allí se desempeñan. Se trata de “Pedidos Ya”, cuyos repartidores, con sus clásicas mochilas rojas, ya forman parte del paisaje habitual de la provincia. En el Día Internacional de los Trabajadores, DIARIO HUARPE dialogó con tres de estos “deliverys”, que coincidieron que cambiarían sus trabajos por uno que tenga mejores condiciones de seguridad.

Además de la polémica por la situación laboral de los trabajadores, que en su mayoría son monostributistas y no tienen sueldo fijo, debido a que ganan su dinero según los pedidos realizados, una de las grandes controversias es la de la seguridad de aquellos que montan sus propios vehículos y reparten por diferentes zonas de la provincia.

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Con respecto a esto, Roberto Agüero de 28 años, quien reparte en la empresa hace dos años, comentó: “hay días que corro muchos peligros, uno tiene que estar con todos los sentidos en alerta por el tránsito y la gente que trata de robarnos”.

Roberto Agüero trabaja hace dos años. Foto: Gentileza.

Renzo Robledo, un joven de 30 años que se desempeña desde hace un año y medio como repartidor de Pedidos Ya, está de acuerdo con Roberto. “Siempre van a estar las ganas de tener un trabajo donde no se corra tanto riesgos en las calles. Estar todo el día conduciendo es complicado por el tipo de tránsito que hay en la provincia”, manifestó.

Estar en la calle, día a día, no solo condiciona la seguridad que ellos puedan tener, sino también su bienestar físico. En este sentido, Gisel Vargas plantea que las condiciones climáticas golpean fuertemente en este tipo de trabajo. Según indicó, las temperaturas se viven de manera extrema, ya sea que haga frío o calor.

Gisel Vargas tiene 26 años. Foto: Gentileza.

Esto se da porque los repartidores de esta aplicación no tienen un lugar donde resguardarse de las condiciones climáticas como la lluvia, el frío o el calor. En cambio, deben aguardar los pedidos en las puertas de los locales o en los llamados punto de encuentro, que son lugares ubicados estratégicamente en sitios donde la demanda de delivery es mucha.

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Renzo dice que, a pesar de las situaciones negativas que puede haber pasado con algunas personas, hay muchas que sí han sido bondadosas con él.

“Una vez, cuando las condiciones climáticas no acompañaban, en un local me hicieron pasar al interior y me convidaron un té con una semita. Eso se agradece un montón”.

Como en todo trabajo, hay buenos y malos tratos. Los tres trabajadores coinciden en que, si van con una sonrisa a los clientes, seguramente les devolverán la misma gentileza. Sin embargo, hay personas que no son agradecidas con el trabajo que hacen los repartidores.

“Nosotros trabajamos con plata nuestra para retirar los pedidos en efectivo y a veces hay clientes que no te quieren recibir la comida por alguna demora o un problema. No salen de sus casas cuando los llamás, directamente desaparecen y cuando vos vas al local a ver si te reconocen el dinero, no lo hacen. Muchas veces perdes la plata que es para manejarte ese día y se te dificulta hacer tu trabajo. Por suerte hay compañeros que nos prestan dinero para poder seguir”.

Si bien todos concordaron con esta problemática, aseguraron que la flexibilidad de horarios es lo mejor de trabajo. Algunas veces, si lo necesitan, pueden tomarse los días que ellos quieren o empezar a trabajar en la hora que necesiten.

“Pedidos Ya ha sido el trabajo donde mejor he ganado y eso que no siempre trabajo todo el tiempo, me he tomado mis días y mis tiempos libres”, explicó la repartidora de 26 años que trabaja en la aplicación desde hace dos años y dos meses.

La rutina de estos deliverys comienza siempre inciando la aplicación y esperando a que la tan famosa chicharra empiece a sonar. Por lo general, se trasladan a un punto de encuentro cercano a su zona y esperan. A veces, puede sonar en repetidas oportunidades, pero en otras el trabajo puede ser casi nulo.

Renzo Robledo. Foto: Gentileza.

A pesar de todos estos “contra”, los trabajadores contaron que el grupo humano y laboral al interior de esa empresa es una parte esencial del trabajo. Es que muchos se hacen amigos, se ayudan entre ellos y brindan asistencia en caso de emergencias.

“Es un ambiente donde el chusmerío es constante, pero si vos elegís buenas amistades ellos te van a ayudar en lo que sea”, detalló Roberto.

Por su parte, Gisel dijo: “En estos años que vengo trabajando he tenido buenos grupos de amigos, compañeros que se han convertido en hermanos. Algunos que han seguido su rumbo, pero hay mucho compañerismo y he aprendido muchísimo”.

De esta manera, se reúnen entre pedido y pedido en diferentes kioscos de la provincia a “tomar una coca”. Conforme explicaron los repartidores, la relación que forjaron, sobre la base de un trabajo en el que necesitan cada vez más cooperación, es de compañerismo y ayuda mutua.

 

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