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Entró hace dos años a la policía y ahora le salvó la vida a un bebé en Albardón
El rápido accionar de Micaela Morales evitó que el niño se ahogara con leche.
POR REDACCIÓN
"Cuando sentí que el bebé no me podía sostener la mano me di cuenta de que lo estaba perdiendo, le volví a practicar RCP con un poco más de fuerza, segundos después escuché el llanto del niño y entendí que se había salvado", así relató a DIARIO HUARPE la oficial ayudante Micaela Morales el momento en el que logró salvarle la vida a un pequeño de dos días que se había ahogado con leche.
Todo ocurrió pasadas las 23 del viernes en una casa ubicada en la zona de calle Arenales y Marambio en Albardón. Desde allí llamaron a la policía para pedir ayuda porque el pequeño Javier Agustín Aguilera luchaba por su vida.
Morales junto a la cabo Claudia González y el agente Hoel Quiroga salieron a responder al pedido de auxilio. Al llegar a la casa se encontraron con un hombre que sostenía al bebé que estaba desvanecido y poco a poco se iba poniendo morado.
"Yo lo recibí en brazos, le hablaba y buscaba que me mirara. El bebé me miraba y en sus ojos vi la desesperación y pedimos autorización para llevarlo en nuestro patrullero", relató Micaela, que hace dos años que trabaja como policía.
El patrullero salió a toda velocidad hacía el Hospital Giordano, en Albardón: "En el camino el bebé me seguía mirando, mientras tanto yo alternaba maniobras de RCP con pequeñas palmadas en su espalda. Mis compañeros estaban desesperados, todos temimos que se nos muriera. En ese momento me decidí a ejercer más presión, no podía dejar que se me fuera", comentó Morales.
El patrullero iba por la zona de calle Sarmiento antes de General Acha, a pocos cuadras del hospital, cuando el niño comenzó a llorar a todo pulmón y a todos los que viajaban en el patrullero les volvió la calma.
Cuando llegaron al hospital los recibió la médica Sonia Sánchez, la profesional constató que el niño respiraba bien. "La doctora nos felicitó porque hicimos las cosas bien. En el hospital nos encontramos con la madre del nene que nos agradeció, me dijo que pensaba que iba a recibir a su niño muerto, pero cuando lo vio bien no dejaba de agradecernos", aseguró la policía.
En medio de los abrazos y felicitaciones de todos, Micaela se liberó y lloró. "En todo momento intenté mantener la calma, tenía que mostrar fuerza y tranquilidad. Es importante infundir confianza. Pero cuando me abrazaron, liberé las tensiones y lloré de felicidad", contó la joven.
Micaela aprendió a realizar RCP mucho antes de ser policía. Lo hizo como una forma de estar prevenida porque tiene un hermano con discapacidad y aprendió las maniobras de reanimación para poder asistirlo ante una emergencia.
El pequeño Javier recibió las primeras asistencias y fue trasladado al Rawson desde donde lo derivaron a un sanatorio con atención pediátrica de la esfera privada. Morales contó que los médicos le confirmaron a la familia que el niño se broncoaspiró con la leche. Ahora se está recuperando y "dentro de poco" le darán el alta.
"Iré a visitarlo ni bien pueda, quiero darle un beso y abrazarlo, estoy feliz de haber podido ayudarlo", relató la policía quien confesó que es la primera vez que le toca asistir a un bebé. "Yo había practicado con bebotes, pero sentir la vida de alguien en mis manos fue muy diferente, es lo más lindo que me pasó en mi carrera", concluyó.