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San juan ensayó el clima mundial al ritmo de la Scaloneta
Faltan 174 días para el inicio del Mundial de Qatar y los sanjuaninos vivieron, con la Finalissima en Wembley entre Argentina e Italia, la mejor antesala de una provincia futbolera. Desde el inicio mismo del día, hasta una hora después que Messi levantara la copa de campeón tras el triunfo contundente por 3-0 con la clásica vuelta olímpica en la plaza 25 de Mayo incluida, hubo un movimiento celeste y blanco permanente.
Es que la fiebre sanjuanina por la Scaloneta y la ilusión que genera con su buen fútbol es enorme. Los 32 partidos consecutivos sin perder, y el segundo título tras la obtención de la Copa América luego de 28 años lo avalan.
Este miércoles no fue un miércoles más. La previa a la “Finalissima” comenzó desde muy temprano en el Gran San Juan y los departamentos cercanos. Las esquinas se llenaron de vendedores, que con camisetas, gorros, banderas y bufandas tiñeron la muy fría mañana sanjuanina.
El tema de conversación era, en todos lados, la gran final entre el campéon de América y el de Europa. Dos selecciones campeonas del mundo para un partidazo. Lo más parecido a lo que se va a vivir el martes 22 de noviembre cuando la Scaloneta debute en Qatar ante Arabia Saudita.
Pasado el mediodía, cuando los niños y adolescentes se dirigían a sus colegios, la camiseta argentina debajo del guardapolvo dejaba entrever que el día de estudio estaba a punto de cambiarse por una jornada netamente futbolera.
En las escuelas varios salieron antes de las 15.45. Era la hora señalada del inicio del match. Incluso en algunos colegios permitieron a sus alumnos ver el partido como una actividad extraescolar, que acompañaron con caras pintadas y el “vamos, vamos Argentina”.
Mientras que en las confiterías los grupos de amigos se armaron y explotaron con el primer gol de Lautaro Martínez, tras una jugada fenomenal de Messi. Misma imagen cuando Di Maria definió con categoría por sobre la humanidad de Donnarumma para el 2-0 con olor a campeón.
El final del partido tenía preparada otra alegría, Paulo Dybala selló el triunfo casi a la par que el árbitro Piero Maza marcó el final. Mismo instante en el que desde la peatonal Rivadavia, la calle Mendoza, y la Avenida Ignacio de la Roza la marea de adolescentes, con mochilas en sus espaldas, se apoderaron del centro neurálgico de San Juan.
Y al ritmo de “dale campeón, dale campeón” dieron la vuelta olímpica alrededor de la plaza, luego se apoderaron de la fuente central y terminaron el fervoroso grito en las escaleras de la catedral, en el día que San Juan le puso calor al día más frío del año al ritmo de la Scaloneta.