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San Martín fue otro en el partido que más necesitaba ser el de siempre

Otra vez en tiempo de descuento se le escapó un partido clave para sus aspiraciones de ascenso.

18 de septiembre de 2022

Fue un golpe a la ilusión para San Martín. Un cachetazo impensado porque jugando de local venía arrasando. Pero nada fue igual a los antecedentes. Nunca encontró el partido y la desesperación lo complicó. El verdinegro cayó 1-0 ante Atlanta, que marcó a los 51’ del segundo tiempo (gol de Rodrigo Colombo). Similar a lo que le sucedió la fecha pasada ante Estudiantes, con el agravado que la próxima fecha quedará libre y por consiguiente tendrá que jugarse la clasificación al reducido en las dos últimas jornadas.

De haber ganado prácticamente se aseguraba un lugar en la próxima instancia, pero ahora quedó sin más margen de error. Porque si bien todavía está en zona de clasificación, dado que quedó 12º (clasifican los 13 primeros) los de atrás se le pueden acercar.

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El partido estuvo muy lejos de los anteriores en cuanto al nivel productivo y poder de resolución. Atlanta no lo dejó jugar y de a poco asustó al verdinegro con golpes, cortando el juego y hablando mucho al árbitro. Lo sacó de su andar prolijo que traía en el Hilario Sánchez y nunca pudo acomodarse.

Desordenado, desarticulado, por momentos corriendo demás sin generar peligro. Porque careció de un conductor, alguien que lo ordenara y le marcara el camino. Por ende nunca jugó tranquilo y por consiguiente las resoluciones ofensivas no fueron concretas.

San Martín pasó de ser un equipo que de local liquidaba los partidos en el primer tiempo, a ser demasiado predecible y fácil de contener para un Atlanta que llegó sin presiones porque no tiene opción de meterse al reducido. Y ello le permitió hacer su juego. Cortó siempre el partido con falta cuando San Martín insinuaba que quería dominarlo. No lo dejó pensar, lo maniató y no solo lo hizo jugar incómodo, sino también se llevó un triunfo para el que no hizo más méritos que el conjunto de Raúl Antuña.

Lejos del arco, sobre todo en los 45’ iniciales, San Martín recién encontró sus opciones en el complemento. Que fueron netamente claras, pero la definición fue tan errática como la falta de producción futbolística.

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Fernández estuvo cerca, Franco la tiró afuera tras una asistencia de Giménez. Pero lo más clara fue la de Sebastián Penco a los 35’ cuando el rebote, tras el disparo de Giménez, lo encontró solo frente al arco y la dio tan mal que se fue por encima del travesaño. Increíble.

La falta de conexión y coordinación fue notoria. San Martín estuvo muy lejos de su nivel en el partido que más necesitaba ganar. Lo jugó incómodo, por momentos al ritmo que le puso Atlanta y ese fue su peor pecado. No tuvo reacción ni supo cambiar. Demasiado predecible para el rival y sin el juego asociado y profundo que despliega de local.

San Martín fue otro en el partido que más necesitaba ser el de siempre. Perdió injustamente, más allá que tampoco hizo mucho más que Atlanta para ganarlo. Complicó su futuro, se le viene la fecha libre y su clasificación al reducido se la jugará toda ante Chaco For Ever (de visitante) dentro de dos semanas y luego cerrará en casa ante San Telmo.   

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