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Batalla de Tucumán: la última pelea de una escuela pocitana que será derrumbada

El edificio quedó irrecuperable después del terremoto, pero encontraron la forma de que las clases empiecen. El adiós a un edificio que marcó a la comunidad. 

25 de marzo de 2021

Distanciamiento social y presentación de la bandera. A pocos metros, un grupo de albañiles se encarga de desmantelar las aulas y empezar con la demolición de la escuela. Así fue el inicio de clases de la escuela primaria y secundaria Batalla de Tucumán, ubicada sobre Calle 17,  en Pocito.

Este, también, es el primer y último día de la escuela. En los próximos, y tras 69 años de clases ininterrumpidas, será demolida.

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Los pasillos abandonas aún poseen el aire vivo de los estudiantes que pasaron por allí. Foto: Mariano Martin / DIARIO HUARPE

La decisión fue tomada a fines de enero, luego de que su estructura no soportara el terremoto del pasado 18 de enero. Con su techo y paredes rajadas, la escuela no solo quedo inhabitable, sino también la borde del derrumbe.

“Es una pena porque teníamos muchos planes para este año. Tuvimos que adaptarnos al coronavirus y ahora tenemos que adaptarnos a esto. Pero lo hacemos porque siempre pensamos en el bienestar de los chicos”, dijo a DIARIO HUARPE una docente de la escuela que prefirió resguardar su identidad. 

Antes de demolerla, los trabajadores contratados para demolicion desmantelan ventanas y puertas dejando el esqueleto del edificio. Foto: Mariano Martin / DIARIO HUARPE

Actualmente, la escuela funciona con siete aulas en módulos acondicionadas para recibir hasta diez alumnos. Cuentan con ventanas, aire acondicionado, bancos, pizarras y salidas de emergencia. Además, dentro del perímetro donde están emplazados, se han colocado aros de básquet y dos arcos de handball para que, cuando el Ministerio de Educación lo autorice, los alumnos puedan practicar educación física.

“Actualmente los chicos vienen en dos grupos, en la mañana primaria y en la tarde secundaria, tres veces por semana. Una semana asiste el grupo uno, y la otra el grupo dos”, asegura la misma docente. 

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Los nuevos modulos cuentan con aire acondicionado, salidas de emergencia y pizarras. Foto: Mariano Martin / DIARIO HUARPE

A diferencia del resto de las escuelas, no solo tuvo que adaptar la frecuencia de asistencia de los chicos en ambos turnos (primario en la mañana y secundario en la tarde). Además, tuvo que adaptar el ingreso y salida al terreno, puesto que la entrada del colegio está siendo desmantelada junto con el resto del edificio para evitar cualquier inconveniente o accidente mientras las máquinas y obreros se encargan de la demolición ya en curso y que, creen, finalizará en los próximos días.

Fundada en 1951, y con 69 años de historia en la comunidad pocitana, la institución vio pasar por sus aulas a tres generaciones de alumnos de la zona, que hoy lamentan su desaparición.

“Nos despedimos de la escuela. Sacamos todo lo que había en los depósitos y aulas, también tomamos algunas fotos y dijimos adiós”, cerró  el directivo lleno de emoción.

Con protocolo, los alumnos de ambos turnos deben desinfectarse y usar barbijo permamente. Foto: Mariano Martin / DIARIO HUARPE

No solo los docentes sienten la pérdida de la escuela como propia, sino también los miembros de la comunidad pocitana. El espacio les era propio no solo como el lugar donde iba a aprender, era el centro de la comunidad y hasta iban al lugar a recibir la copa de leche.

“Mi mamá fue a la escuela, yo fui a la escuela, mis hermanos fueron a esa escuela y mis hijos ahora van a ir. Es una tristeza porque nos acostumbramos a verla siempre ahí y pasar por ahí o juntarnos ahí”, cuenta Ayelén, de 24 años, vecina de la zona y ex alumna de la vieja escuela.  

Tierra del fuego, la escuela centenaria que espera por una decisión

Con 111 años de historía, la siempre viva fachada del a escuela ahora permanece silenciosa y destruida. Foto: Mariano Martin / DIARIO HUARPE

Más cerca del centro de Pocito, la escuela primaria de jornada completa Tierra del Fuego ubicada en la calle 14 y Vidart, tuvo que adaptarse a la nueva normalidad con aulas hechas de durlock luego que toda la estructura se viera afectada también por el terremoto. Al igual que la Escuela Batalla de Tucumán, espera por una fecha, pero con dos incertidumbres: si será refaccionada o demolida.

“Adaptaron las sala de usos múltiples y crearon aulas con paredes de durlock para que los chicos puedan tener clases. Todo el edificio de la escuela está por caerse y no podemos entrar. Es difícil porque se escucha todo lo que sucede en el aula vecina y cuesta dar clases”, comentó una docente.

Hechas con durlock, las aulas de emergencia de la escuela Tierra del Fuego presentan una dificultado a la hora de enseñar. Foto: Mariano Martin / DIARIO HUARPE

Levantada en 1910, la escuela sobrevivió a tres terremotos: el de 1944, el de 1952 y el de 1977. Pero no pudo con el del pasado 18 de enero y ahora su destino depende la empresa constructora que evalúa, todavía, si derrumbarla o refaccionarla.

“Actualmente hay 25 chicos por aula y los dividimos en dos grupos y asisten por semana. Es muy triste ver a los chicos sentados y quietos, la escuela silenciosa y con este miedo constante. Pero hay que cuidarse”, dijo la docente.

 

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