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Opinión > Columna

“Angustia……en cuarentena”

Un concepto, propio, de la Angustia, en mi Filosofía, dice (hago un resumen): 

La Existencia es la reflexión de la Conciencia, que es la conciencia de lo Infinito y lo Finito en el Hombre (uso el vocablo “Hombre” como una generalización, ya que “Sujeto” e “Individuo”, también ponen en masculino la referencia). Pensamiento y Vida Humana.

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La Existencia es la conciencia de la contradicción de ese par, el dolor de su oposición en su permanencia.

La fuga de la Existencia es la creencia en dios, donde lo Finito se disuelve en lo Infinito creado para ocultar la contradicción.
Donde la conciencia de lo Infinito real se acompaña de una falsa-conciencia de lo infinito creado, irreal, mágico, la cual es falsa porque es la represión de la conciencia de lo Finito.

Toda religión es una negación de lo Infinito en lo Finito, es una negación de la contradicción primordial, es una negación de la Existencia.

La contradicción primordial, es: Infinito (Pensamiento)-Finito (Vida Humana).
Esto es la dialéctica de la vida humana, la Existencia es la dialéctica de lo Infinito – Finito.

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ANGUSTIA: El temor profundo del Hombre, sentido como ANGUSTIA (temor o pánico, es fácil confundir el estado, yo pienso (en principio) que lo primitivo es la angustia) se funda o se debe a la simultaneidad en él de la Infinitud y de la Finitud.

La Infinitud es el pensamiento, que da cuenta en el proceso de humanización que es Infinito. En el Sujeto siempre haciéndose-Sujeto.
Y la Finitud es la finitud del humano, la finitud de la vida humana (la vida: ese saber que queda sin saber)
O sea:
Lo Infinito (el pensamiento) reside en lo Finito (la vida humana). Ese par contradictorio, dialéctico, siempre dialéctico. Del plano de la existencia.

La angustia se siente como un miedo sin un objeto que el Sujeto pueda definir, que el Sujeto pueda nombrar y que “se puede” provocar por cualquier cambio de situación en el contexto del Sujeto.
Es un miedo a nada, es un miedo a ese “vació perfecto”, a esa “ausencia de determinación y contenido”, y esa Nada está entre lo Infinito y lo Finito, es el vació entre lo Infinito y lo Finito.  

Nietzsche, dice que el arte del disimulo alcanza su punto culminante en el hombre. El hombre es un simulador, disimula, diariamente la muerte.

Ahora escucho insistir, a quienes se oponen al Gobierno actual, algunos con intereses en el mercado, algunos con intereses políticos, unos cuantos periodistas-de la misma agencia que los anteriores- que la “larga cuarentena”, que “mucho tiempo en la casa” ……. y asimilan “mucho tiempo en la casa” con “mucho tiempo en el encierro”, le provoca “angustia” a la gente.

La casa donde uno vive, es el objeto primitivo del marco de seguridad que construimos para habitar. Después: el vecindario, donde compramos, donde nos entretenemos, donde acudimos a darle satisfacción a las necesidades de la salud, los lugares que determinamos para el desarrollo de nuestra cotidianeidad.

Estar en la casa donde vivimos, con una o más personas que queremos no nos provoca angustia. Estar todo el tiempo en la casa por una razón imperante, no es similar a “estar encerrado”. 
El aislamiento físico impuesto por un castigo no es lo mismo que el aislamiento físico, necesario e indispensable, para procurar, racionalmente, preservar la salud.

A los individuos lo que nos provoca Angustia, en esta situación, es la proximidad a una amenaza cierta, azarosa en sus consecuencias graves sobre la salud. Y con esas consecuencias mostradas en una multiplicidad de imágenes y locuciones repetidas en la televisión, en los diarios, en las redes sociales. Que no, nos permiten la simulación en la que sostenemos nuestra cotidianeidad.

En mi concepto de la Angustia, la situación de amenaza de la pandemia dificulta, “la fuga” del par contradictorio Finito-Infinito.

Los individuos estamos puestos frente al par contradictorio, Finito-Infinito.
                

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