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Provinciales > En Bermejo

El santo de las causas urgentes convocó a más de 4.000 creyentes

Las calles de la localidad caucetera se vieron invadidas por creyentes de diferentes partes del país que llegaron a pedir y a cumplir promesas.

POR REDACCIÓN

20 de abril de 2019

Las calle 19 de Abril de San Expedito rebozaba de gente este Viernes Santo ya que más de 4.000 fieles no sólo sanjuaninos, sino de diferentes puntos del país, se dieron cita para rendir honor al santo de las causar urgentes. 

Desde temprano comenzaron a llegar los fieles. Después de dar una vuelta por los puestos de ventas de comidas o artesanías, la mayoría de los fieles iba derecho a hacer la fila. 

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Es que habían más de 500 metros de cola para poder llegar a la imagen del santo y poder tocarlo por unos segundos. La fila se extendía por varias cuadras en un trayecto con muy poca sombra y con un sol que hacía sufrir el calor a los creyentes. 

La mayor parte de la gente se quejó de que estuvieron esperando más de 4 horas para poder llegar al santo, más de uno se quejó porque había "vivos" que se colaron y llegaron antes a tocar la figura del santo de las cosas urgentes o imposibles que se encuentra dentro de una gruta en el ingreso al templo en su honor. .

En donde había menos personas era en el templo propiamente dicho, es que la mayor parte de las personas no esperaba para entrar al oratorio y seguían caminando para ir a buscar un lugar en donde descansar tras la larga espera al rayo del sol. 

Mientras tanto, el cura a cargo del templo salía a la vereda a bendecir a los presentes. Los rociaba con una rosa que metía en el agua. Esta bendición tuvo la doble utilidad de que no sólo dio consuelo a las almas de los creyentes, sino que los refrescó ante el calor agobiante de este viernes. 

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En cuanto a los puestos de venta, los comerciantes consultados contaron que tuvieron un buen nivel de ventas, aunque aseguraron que tuvieron que mantener los precios casi igual que en 2018. En relación a los alimentos, uno de los más vendidos fue la piza.  

Después de tocar al santo, comer y beber algo, fueron muchos los que siguieron camino a la Difunta Correa, distante a 40 kilómetros de allí. 

 

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