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Economía

¿Está el dólar señalando una potencial inestabilidad en los mercados?

POR REDACCIÓN

22 de octubre de 2020

El dólar estadounidense ha sido por muchos años considerado como la moneda de reserva global y como un refugio durante situaciones de inestabilidad en el plano económico y financiero.

De hecho, el dólar tuvo una apreciación de al menos 7% durante los días más oscuros de la pandemia en Marzo, reflejado por el índice del dólar estadounidense (DXY), un instrumento que mantiene una canasta de distintas monedas y que refleja la fluctuación de la moneda americana frente a sus pares.

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Sin embargo, la fuerte política expansiva llevada adelante por la Reserva Federal – el banco central norteamericano – y las medidas fiscales de estímulo aprobadas por el Congreso tuvieron como inmediato resultado la subsecuente depreciación del dólar dada la gran cantidad de dinero inorgánico que se inyectó a la economía y al sistema financiero – totalizada en más de 7 trillones de dólares aproximadamente.

Esta caída excedió el 11% en un período de apenas seis meses, reflejando el temor de los inversionistas sobre las consecuencias de estas políticas expansivas tanto en la inflación como en la pérdida de status del dólar como moneda de reserva debido a las aparentes debilidades macroeconómicas del país norteamericano – aún cuando creó también un fuerte incentivo para comprar acciones y otros instrumentos de mayor riesgo.

No obstante, en días recientes, el dólar ha visto un rebote de más de 3% en su cotización, principalmente originado por la depreciación de monedas europeas debido al resurgimiento de un alto número de casos de COVID-19 en la región y a un aparente recorte en la liquidez monetaria en la economía norteamericana – la cual ha soportado en gran medida el rally visto en el mercado accionario desde la caída de principios de año.

 

El dólar y el mercado accionario

De acuerdo al gráfico mostrado anteriormente, se puede visualizar una correlación inversa entre el mercado accionario – medido por el índice S&P 500 y el índice tecnológico Nasdaq 100 – y el índice del dólar (DXY) que inició desde principios de Abril y se ha mantenido, aunque significativamente más débil, durante los meses de Agosto y Septiembre.

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Este fenómeno puede atribuirse al hecho de que los inversionistas se sienten atraídos a comprar acciones en el corto plazo por las políticas expansivas de la Reserva Federal – las cuales deprimen el valor del dólar – debido a su impacto positivo en el mercado de acciones – ya que el dinero que se inyecta a la economía termina siendo absorbido por las grandes corporaciones en forma directa o indirecta – a través de préstamos y otros instrumentos de deuda por ejemplo.

Esta relación inversa entre el dólar y las acciones no ha sido siempre así pero en este momento – dadas las circunstancias macroeconómicas – podría preverse que la correlación negativa se mantendrá por un buen tiempo dado que la Reserva Federal ha repetido en múltiples ocasiones que no planea desacelerar su política expansiva hasta no ver indicios claros de una recuperación económica – la cual podría tomar años en materializarse.

En el marco de esta correlación, podría preverse que la reciente subida del dólar como resultado de la inestabilidad económica que supone un resurgimiento de la pandemia en Europa y otros países desarrollados puede poner en riesgo el rally reciente en el mercado accionario – y los primeros efectos de esto se han visto evidenciados en las caídas recientes de los índices mencionados – los cuales vieron correcciones mayores al 10% en cuestión de pocas semanas.

 

¿A dónde se dirige el dólar?

Existen múltiples factores geopolíticos y económicos que podrían influenciar el precio del dólar al alza, incluyendo la inestabilidad en el medio oriente, la situación entre China y Hong Kong, y las tensiones con Occidente derivadas de esta situación.

Todo esto sumado a un alza en los casos de coronavirus en Europa y Asia – una situación que podría forzar a estas economías a depreciar sus monedas a través de un mayor volumen de estímulos económicos.

Estos riesgos, sumados a la inestabilidad natural derivada de las elecciones presidenciales en Estados Unidos en Noviembre podrían empujar el dólar al alza lo cual, en el contexto de la correlación mencionada anteriormente, podría resultar en fuertes caídas para los principales índices en los próximos meses.

Si bien nada de esto puede ser tomado como una previsión infalible, los gráficos y los indicadores parecen apuntar en esta dirección en el corto plazo aún cuando el sentimiento del mercado se mantiene optimista en el mediano y largo plazo.

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