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Opinión interesante

“Hay que evaluar a docentes, escuelas y alumnos para saber cómo mejorarlos”

Ines Aguerrondo, socióloga y ex subsecretaria de Programación del ministerio de Cultura de la Nación dialogó con radio La Red para expresar su opinión.

POR REDACCIÓN

08 de marzo de 2018

Ines Aguerrondo, dialogó con Sergio Eiben y Alberto Bustelo de Radio La Red e hizo referencia a la situación que se vive en Buenos Aires por el comienzo de clases.

Socióloga y ex subsecretaria de Programación del ministerio de Cultura de la Nación, analizando la situación a la que se exponen las familias al principio del mes de marzo. Todo el mundo tiene incertidumbre de saber si comienzan o no las clases.

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Hice el prólogo de la nota, ¿quería saber cuál es su idea al respecto?

El tema es conflictivo. Yo creo que acá hay un punto fundamental del que no hablamos que es que debido a que hay que pensar que hay algo en la educación es cambiar el estatuto del docente para las famosas condiciones de trabajo de los docentes que, en su momento fueron buenísimas, también en los años 50 cuando se hizo el estatuto del docente, vestidos con sombreros, pero hoy ya no va. Hemos cambiado en un montón de cosas pero seguimos creyendo que es válido mantener una reglamentación dónde lo que se prioriza es lo que estamos viendo amansalva es que vale el derecho del adulto, es decir del docente, que el chico. En el estatuto del docente, el docente es el que dice, el que elige, el que puede. Es una deuda que tenemos básica.

A partir de eso, la otra deuda que tenemos es transparentar cuál es la situación. A los pobres alumnos los ponemos en la situación que están, que es que reciben menos de lo que tendrían que recibir, pero también hay que evaluar a los docentes, también hay que evaluar a las escuelas, también hay que evaluar a las políticas. Hoy en día, en cualquier país docente que se hacen las cosas como tienen que hacerlo, esas cosas existen.

Este es otro de los esos círculos viciosos, horribles en los que la Argentina no puede salir, no puede avanzar. Hay como una especie de sentimiento de culpa, todo se ha deteriorado y todo está mal en la Argentina. Y como los docentes poco menos que hoy rondan la línea de pobreza, hemos nombrados más docentes y como no pagamos bien, como no están tan bien considerados como antes, entonces  tenemos que tener piedad y atender a esa exigencia máxima de los sindicatos.

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Pero que no sean hipócritas los sindicatos. Aparte lo que pasa es que gobernantes y sindicatos han avanzado mucho en una serie de derechos de quienes enseñan, digo quienes enseñan porque muchas veces no son docentes ni tienen título y se les da igual los derechos como si los tuvieran a pesar de que el estatuto dice que no. Hay un montón de irregularidades que si las ponemos sobre la mesa. Perdón, primero que nada digo que no son culpables los docentes, es víctima también del sistema.

Escuchaba con atención que hay docentes que no tienen título pero ¿cómo una persona que no tiene docente título da clase en una cátedra?

Y necesitamos profesores de matemáticas y hay pocos. ¿Entonces, cuál es la opción? Y bueno que venga alguien que, ojalá fuera un ingeniero, y toma el curso. Lo ideal es no dejar a los chicos sin clase. Ahora? La persona que da clases ya tiene status de docente, no se le viene a decir, bueno si usted se quiere quedar, tráiganos el título. Es obvio, si viene alguien con título quiere entrar, por eso es que se les da más derecho al adulto que al joven.

La argentina perdió el valor del conocimiento, entonces se prioriza, pobrecito déjalo pasar a la verdad para que sepa más. No se entiende que la única manera de sacar a una persona de la pobreza es poniéndole cosas en serio en la cabeza, es la única manera de que va a poder salir más adelante.

Entonces es muy importante que la escuela forme su propia imagen.

Muchos que dicen que empezaron con esa estrategia  lo hicieron sobre la base de creer que si la gente sabía que la escuela no es tan buena como la de al lado, iba a cambiar su chico de escuela. La gente elige la escuela porque tiene sus amigos, porque tiene la formación que le van a dar.

Esta idea muy eficientista y muy salida de la idea del mercado de que cuando hay información lo bueno va a surgir, no funciona. Entonces, ¿a quién hay que evaluar? A los docentes, a las escuelas y a los alumnos pero, hay que evaluarlos para saber cómo mejorarlos.

Además, hay modelos que están avanzando en el mundo con la autonomización de las escuelas, esto es muy común verlo en Estados Unidos, en Europa, no sé si ya ha llegado a algunos países de América Latina. Hay escuelas que incluso le dejan un margen para poner un plus propio, un sello propio al alumno.

Las escuelas dicen necesito director o necesito tal cosa y la gente va a ofrecerse a la escuela dónde tienen un rango de salarios, dónde si yo tengo título de maestra de primaria y tengo tanto tiempo de especialización saber lo que me corresponde es vital. Las escuelas pueden dar un plus al docente por su competencia, por su experiencia, etc y la cosa se resuelve.

En esos casos, las escuelas cuentan con los fondos solucionados. 

Las escuelas cuentan con un presupuesto determinado que está dado por la cantidad de chicos y póngale que tienen $1.000 para todo el año y eso también corresponde a los docentes. Entonces, de eso que les corresponde a los docentes tienen como cuotas que no se pueden pasar del presupuesto que tienen.

Estamos hablando de directores o de gerentes de una escuela, porque el director es una cosa y el gerente de una escuela tiene conocimientos como para administrar un presupuesto y no tira la plata, no malgasta la plata como el Estado. 

Yo digo que el peor problema que tiene el futuro de la reforma en América Latina es que no contamos con ministerios capaces de gestionar cambios. Nuestros ministerios son grandes elefantes que lo que saben es poner la pata un poquito más adelante, un poquito más atrás, pero no tienen competencia de gestión.

Cuando vi que la Universidad de Buenos Aires está entre las primeras 50 del mundo, se supone que debe tener un refuerzo presupuestario en las carreras humanísticas por ejemplo.

No conozco de la cuestión universitaria. Lo que si puedo decir es que también tienen grandes problemas relativos a la gestión y tienen la gran ventaja que nuestras universidades se han acoplado a la tendencia mundial de ser evaluadas, autoevaluarse, obligar a nuestros alumnos a que se evalúen a hacer la carrera académica con logros. Eso no existe en la primaria ni en la secundaria.

Quiero volver un poquito sobre el inicio de la charla, usted habla de reformar el estatuto docente y si no se ponen de acuerdo en sentarse a hablar del sistema salarial, me imagino que es prácticamente imposible empezar a hablar de un estatuto docente. Ahora, ¿cuáles son las herramientas que tiene el Gobierno para decirle a los sindicatos que definitivamente la educación en Argentina, como ellos la consigan, no va más?

Es lo que pasó cuando con el kirchnerismo nos juntamos millones de personas en la calle diciendo ¡esto no va más! Si no tenemos una sociedad que demanda, si no nos importa.

Si tuviéramos una revolución de los padres que llevan a sus hijos a la escuela y de docentes que se dan cuenta que la demanda está, los sindicatos quedarían pedaleando con sus demandas y se darían cuenta que ya no representan más con sus métodos. 

Por suerte, hoy los comunicadores no están más todos unidos a favor de los medios como pasaba hace 10 años. Hoy, hay una mente distinta que se está abriendo en la sociedad y eso me parece que es sumamente alentador.

Lo que uno quiere es favorecer en general la educación, acá no se trata de favorecer a un gobierno, favorecer a una empresa, no se trata de borrar los sindicatos. Se trata de un ruego para que los sindicatos comiencen a ver que estamos en el siglo XXI y que las prácticas del siglo XX no van más. Ahora vemos a Triaca llevándose a dar una vuelta por Europa a un grupo de sindicalistas, si uno quiere saber lo que pasa en el resto del mundo, lo podemos hacer, no hace falta viajar, ni dar premios a sindicalistas.

Lo que sí, me parece que no tenemos que caer en algunas cosas que han traído algunos países de América Latina, sobre todo México, porque el sindicato, entonces, maneja la política pública. El manejo de la educación es del Estado, no es de los sindicatos ni de las empresas.

Pero todavía tenemos que romper muchos círculos viciosos, a mi me sorprende que algunos especialistas digan que la mayor transparencia es estigmatizante.

Lo que vemos que pasa cuando se presentan 100 mil chicos y terminan 5, a nadie le parece que está mal que queden todos los otros afuera porque no fueron los mejores. Eso es suponer que no hay repartidos lo talentos. Decir que no es bueno es esto no es estigmatizante, es orientativo.

Hay una agenda que la está planteando Macri, además, hace falta un ministro que esté en conocimiento de todos los temas y un programa consistente en Educación, no se si lo hay.

Creo que tiene razón porque hay que tener un abrumador poder político y la capacidad de encantar a la gente para que se aguante el tiempo que tarda para esto. Esas cosas son difíciles.

Yo creo que cuando se le otorga esto siempre ha sido para mal

Me encantaría que recordáramos lo que le pasó a Sarmiento con su antiguo imperio. Porque ahora decimos, ¡qué bien todo lo que hizo! pero fue un proceso.

Claro efectivamente, también hubo un cambio de época. 

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