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A 70 años de la creación de la RDA, un Estado policial que vivió bajo la órbita soviética

POR REDACCIÓN

05 de octubre de 2019
Setenta años después de la creación de la República Democrática Alemana (RDA), un Estado del bloque soviético desaparecido hace casi 30 años con la reunificación de Alemania, los alemanes del Este, aún postergados, analizan incrédulos aquellos días en los que vivían bajo una suerte de "Gran Hermano", alejados de Occidente. Ni siquiera la buena situación social y económica de Alemania, el país más poderoso de Europa, ha logrado modificar totalmente la situación de los millones de personas que vivían en la RDA, creada el 7 de octubre de 1949, en plena Guerra Fría. Ese territorio satélite de la unión soviética vivió hasta la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1990, separada por una pared de concreto de la República Federal Alemana (RFA), que había sido fundada un 23 de mayo, también de 1949. Tras la derrota de Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial en 1945, la Cámara Popular (Parlamento) interina adoptó una Constitución y Berlín Este se convirtió en la capital del país. El comunista Wilhelm Pieck fue su primer presidente. En los primeros años de la RDA se implementó la reforma agraria, y las propiedades de los terratenientes fueron expropiadas. Sin embargo, lo que marcaría el futuro rumbo del país fue la unificación obligada entre el Partido Socialdemócrata (SPD) y el Partido Comunista de Alemania (KPD), que condujo en 1946 a la creación del Partido Socialista Unificado. Bajo la consigna "nunca más fascismo, nunca más guerra", los alemanes de la RDA empezaron a pagar enormes reparaciones de la Segunda Guerra a la ex Unión Soviética. La RDA, con 108.000 kilómetros cuadrados, se integró al Pacto de Varsovia, mientras que la RFA, con capital en Bonn, desarrollaba una economía capitalista. En la Alemania socialista, con flujos de refugiados, ciudades destruidas y la falta de bienes básicos considerados indispensables, los problemas sociales no tardaron en venir. El 17 de junio de 1953 muchos alemanes levantaron barricadas para protestar contra las autoridades. Los alemanes del este vivían en un Estado policial, una suerte de "Gran Hermano", el inolvidable personaje de la novela 1984, del escritor británico George Orwelll. Inmediatamente, los tanques soviéticos doblegaron a "sangre y fuego" el levantamiento de los trabajadores. La respuesta de las autoridades comunista no tardó en llegar. Así el 13 de agosto de 1961 se inició la construcción del Muro de Berlín, que selló la división de Alemania durante unos 28 años. Los alemanes empezaron a ser interrogados por la policía secreta, Stasi, se reforzaron las instalaciones fronterizas y las críticas al Estado fueron reprimidas. Cuando se cumplieron 40 años de la creación de la RDA, el 7 de octubre de 1989, el país se propuso festejar a lo grande el aniversario con un programa festivo y procesión de antorchas. El secretario general del Partido Socialista Unificado (SED, por sus siglas en alemán) Erich Honecker, quien había regresado luego de una larga enfermedad, se propuso silenciar los refugiados y los manifestantes. El jefe de Estado soviético, Mijail Gorbachov, se contó entre los invitados del palacio gubernamental iluminado la noche del 7 de octubre. Desde la calle se escucharon los cánticos: "Gorbi, ayúdanos", según la agencia DPA. Los manifestantes no pudieron atravesar un cordón policial en el puente sobre el río Spree, frente al edificio, y quedaron varados allí. Pero los opositores recopilaron en las semanas siguientes informaciones sobre los arrestos y ataques violentos y los difundieron de diferentes maneras a la prensa occidental. El 18 de octubre de 1989, Honecker tuvo que renunciar por problemas de salud. Días después, el 9 de noviembre de 1989, cayó el Muro de Berlín y selló el fin del Estado de obreros y campesinos. Un año después, el 3 de octubre de 1990, la RDA se adhirió a la República Federal de Alemania. En su libro, Historia Universal del Siglo XX, el historiador británico Eric Hobsbawm sostiene que los años 50 el crecimiento de la URSS "era el más alto que cualquier país occidental". "La Alemania Oriental comunista, sin embargo, quedó muy por detrás de la Alemania Federal no comunista", dice este historiador. Hobsbawm también señala: "De todos modos, en los años sesenta se hizo evidente que era el capitalismo, más que el socialismo, el que se estaba abriendo camino".
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