Publicidad

Mundo > Albert Rivera

Albert Rivera renuncia al liderazgo de Ciudadanos y deja la política tras su debacle electoral

POR REDACCIÓN

11 de noviembre de 2019
El liberal Albert Rivera renunció hoy al liderazgo de Ciudadanos y a la política tras el derrumbe sufrido en los comicios de este domingo, que relegó a su partido al lugar de sexta fuerza en el Parlamento español, por detrás de los independentistas catalanes. Rivera, de 39 años, llevaba 13 años al frente de Ciudadanos, los mismos que tiene este partido político surgido en Cataluña como una respuesta ciudadana contra el nacionalismo catalán. El ya ex líder de Ciudadanos es la primera víctima política del bloqueo en el que quedó instalada la política española tras las elecciones de abril, y que la repetición electoral del domingo no parece haber resuelto. Bajo su dirección, el partido creció y se expandió por toda España, alcanzando su cénit en las elecciones del 28 de abril, cuando se erigió como tercera fuerza con 57 diputados, por delante del partido de izquierda Unidas Podemos. Sin embargo, seis meses después, en las elecciones de este domingo Ciudadanos perdió más de dos millones y medios de votos y 47 diputados, quedándose solo con 10 escaños y la sexta posición en el Congreso de los Diputados, donde Vox ascendió a la tercera posición. Fue "un mal resultado, sin paliativos", y en los proyectos colectivos uno "tiene que asumir que los éxitos son de todos y los fracasos suyos", dijo en la noche electoral, anticipando la decisión anunciada este mediodía en la sede partidaria, tras presentar su renuncia al comité ejecutivo de Ciudadanos. "Hoy dimito para que este proyecto pueda volver a elegir y tomar las riendas del futuro y del proyecto político de centro y liberal en España", dijo Rivera en una presentación ante la prensa sin preguntas. Rivera explicó también que no va a "tomar el acta de diputado" y, como último anuncio, al borde de las lágrimas, afirmó que deja la política, a pesar de que "han sido los años más bonitos" de mi vida. "Vengo de la sociedad civil, tengo una profesión. Hay que seguir soñando, con ganas y ser feliz", sostuvo. "Si bien la política ha sido todo para mí, la vida sigue. Ha llegado el momento de servir a otra gente. A mis padres, para que dejen de sufrir, a mi hija, a la que he dedicado menos horas de las que debería. A mi pareja, a mis amigos", añadió Rivera, cuya familia ha recibido amenazas y coacciones por parte de radicales secesionistas. Rivera carga con parte de la responsabilidad del actual bloqueo político, después de haber radicalizado a su partido, alejando cualquier posibilidad de acuerdo con el Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez. Desde su llegada a la política, Rivera fue apadrinado por el establishment y visto con buenos ojos como la opción de centro liberal con posibilidades de llegar al poder, por su propia fuerza o siendo la pata de apoyo tanto del PSOE o como del conservador Partido Popular (PP). Cuando nació en 2006, de una plataforma que rechazaba al nacionalismo catalán, Ciudadanos tenía una agenda y discurso que combinaba aspectos socialdemócratas y liberales. Con Rivera como líder indiscutido, el partido liberal da en 2015 un saltó a la política nacional, después de haber experimentado un importante y contundido crecimiento electoral en Cataluña, donde llevó a convertirse en la primera fuerza no nacionalistas de la historia en ganar unas elecciones regionales. Los cuatro años en Madrid, no obstante, transformaron radicalmente a Ciudadanos, que en su afán por superar al PP terminó abandonando sus rasgos socialdemócratas y profundizó su carácter ultra nacional, acercándose a los ultraderechistas de Vox. Ciudadanos se fue derechizando, compitiendo con Vox por ver quién era más duro con los secesionistas. A pesar de reivindicar el centro político, Rivera aceptó el apoyo de la extrema derecha para gobernar en Andalucía y Madrid, algo inédito para una fuerza liberal en Europa. Ese viaje le costó la reprimenda de su principal aliado europeo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron y lo llevó a romper con el ex primer ministro francés Manuel Valls, a quien Ciudadanos había presentado como candidato estrella al Ayuntamiento de Barcelona en las elecciones de mayo. Su antiindependentismo extremo empezó a generar un amplio rechazo en Cataluña, donde perdió terreno, al pasar de 5 a 2 escaños, dejando de ser la referencia no nacionalista, en favor de los socialistas. "Quería que el centro político volviera a existir, queríamos un proyecto político liberal y constitucionalista", recordó hoy Rivera, tras defender la política como instrumento para unir y no dividir a los ciudadanos, algo que él mismo había olvidado.
Publicidad
Más Leídas
Publicidad

ÚLTIMAS NOTICIAS