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Provinciales > Tras siete meses

Ansiedad y largas esperas: cómo fue la vuelta de las visitas a los internos del penal bajo protocolo

Familiares llegaron hasta el penal para ver a los internos y las quejas no faltaron.

02 de noviembre de 2020

Tras las rejas, la angustia y los anhelos de libertad están a la orden del día. La nostalgia de la familia y la calidez del hogar se convierten en el refugio de los recuerdos de muchos presos que tienen a “alguien afuera”, como se dice en la jerga. Una esposa, esposo, padre, madre, hijo o hija. Esos fueron los rostros que se agolparon este lunes en las puertas del penal de Chimbas luego de que el Ministerio de Seguridad habilitara las visitas penitenciaras bajo estricto protocolo sanitario debido a la pandemia de Covid-19.

Fueron siete meses de espera y angustia para todos los familiares que llegaron hasta el centro penitenciario con la esperanza de ver a sus allegados allí alojados. Desde el inicio de la pandemia, las visitas quedaron estrictamente prohibidas y los internos sólo podían recibir de su parte, previa inspección de los penitenciarios, mercadería y elementos de higiene.

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Fue así hasta el lunes cuando finalmente el Servicio Penitenciario Provincial habilitó nuevamente las visitas bajo protocolo. Según contaron algunos familiares a DIARIO HUARPE, otra de las medidas para aliviar la angustia y desesperación tras conocerse la circulación del virus en la unidad eran llamadas telefónicas de 10 o 15 minutos. “No podés conversar nada, les dan un celular y te llaman martes, jueves y domingos, pero son cinco minutos”, sentenció amargada la esposa de uno de los reos.

La desinfección de la mercadería y los elementos es obligatoria, segun los establecido por el protocolo penitenciario. Foto: Sergio Leiva/ Diario Huarpe.

Las quejas, sobre las esperanzas, estuvieron a la orden del día y una de ellas fue la larga espera y el poco tiempo de visita por cada uno de los presos. “Es una tortura porque uno necesita verlos y abrazarlos. Hoy entramos a una entrevista y estuvimos 15 minutos. Todos los lunes le traemos mercadería. Cuando me enteré que el virus estaba en el penal, temblaba del miedo”, relató otra familiar de un interno.

Otra familiar expresó su descontento con el martirio de la espera: “De la forma en que los vemos, no sirve. Son 10 minutos y tenemos que esperar 10 horas para verlos. Estoy muy mal y desesperada por esta situación porque no podés hacer nada. Los vemos a través de un biombo de plástico, separados”.

Según informaron desde la Secretaría de Estado de Seguridad y Orden Público, el estricto protocolo fue elaborado por el Servicio Penitenciario Provincial y cuenta con varios pasos y requisitos a cumplir. Como es de esperarse, los mayores de 60 años no pueden ingresar y muchos familiares de esa edad que llegaron al lugar debieron ahogar sus deseos y esperanzas de ver a sus cercanos. “Yo hace mucho que no vengo y recién ahora he podido venir. Duele no poder verlo”, cuenta una persona de esa de edad de riesgo, que tuvo que aceptar el hecho de no poder ver a su hijo.

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Mercadería y elementos de higiene, los elementos mas comunes llevados por familiares. Foto: Sergio Leiva / Diario Huarpe.  

Según informó el Servicio Penitenciario, las visitas pueden realizarse una vez por semana y de lunes a viernes de 9 a 16. Los familiares y allegados deberán ingresar sí o sí cumpliendo los protocolos establecidos en el Plan de Contingencia Covid-19: uso de barbijo y distanciamiento social. Como se nombró anteriormente, los mayores de 60 y las personas dentro a la población de riesgo no podrán ingresar y las visitas se harán rotando conforme a pabellón y sector.

El último rastrillaje arrojó que los testeos de 200 internos dieron positivos por Covid-19. Ahora los familiares deben convivir no sólo con el dolor de estar privados de la libertad de ver a sus internos, sino también con el fantasma real del virus que los acecha en los pabellones.

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