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Seis consejos para conseguir un hogar saludable
Hoy te vamos a contar una serie de trucos y claves para conseguir que tu casa o piso sea más atractivo y cómodo.
POR REDACCIÓN
“Mens sana in corpore sano”, y en este caso añadiremos “et in domum sano”. O lo que viene ser “mente sana en cuerpo sano y en casa sana”. Cada vez es más importante sentirnos bien en casa, conseguir un hogar saludable, porque más allá de la parte estética, la decoración de nuestra casa es el reflejo de nuestro estado anímico. Es más, nuestra casa es nuestro refugio, ¿verdad?, y por tanto el guardián de nuestro bienestar mental.
Hacemos de todo por llevar una vida más sana: cuidamos nuestros hábitos alimentarios, incorporamos el deporte en nuestra rutina diaria… Entonces, ¿por qué no procurar vivir en un hogar más saludable y mejorar nuestra calidad de vida? Conseguir que tu casa sea más saludable no es demasiado difícil ni tampoco implica hacer una gran inversión. Basta con seguir una serie de consejos.
Luz natural, fuente de energía
La luz natural no solo ilumina tu casa y hace que parezca más amplia. Los beneficios de la luz solar son incontables: estimula las defensas, mejora la salud cardiovascular, mejora el bienestar psicológico, nos ayuda a conciliar el sueño más fácilmente, nos aporta vitamina D e incluso ayuda a regular los niveles de colesterol en sangre. Para acentuar este ambiente intenta que las paredes sean blancas o con colores neutros y decora con muebles de tonos claros.
Ventila cada día
Del mismo modo que necesitas airearte y salir a respirar, tu casa también. De hecho, es necesario ventilar correctamente la casa cada día diez minutos para limpiar el aire del interior y de ese modo conseguir un hogar más saludable. Al ventilar, se oxigena el aire de la casa, se eliminan los malos olores, se reduce la concentración de compuestos orgánicos volátiles, se eliminan bacterias tóxicas que pueden estar en el aire y se regula la humedad.
Una casa saludable es una casa libre de humos
No fumes dentro de casa. El humo del tabaco permanece mucho tiempo en el aire y carga el ambiente, incluso si ventilas la casa a diario. Además, provoca que todos los que viven en casa tengan un mayor riesgo de desarrollar problemas pulmonares.
Procura tener siempre una temperatura estable
Una temperatura correcta en una casa no siempre es fácil de conseguir. En invierno hay días que parece que el frío se ha apoderado de todos los rincones y, en verano, durante algunas horas nos sentimos como en una sauna permanente. Sin embargo, a veces el remedio es peor que la enfermedad. Es decir, no es necesario ir en camiseta de manga corta en invierno y casi con bufanda en verano porque el aire acondicionado está funcionando a toda máquina.
Controla la humedad
Al igual que con la temperatura, el exceso de humedad es tan malo como la falta de humedad. En un ambiente demasiado húmedo puede aparecer moho y provocar congestión nasal, irritación de garganta, de ojos, daños en la piel o incluso puede ser responsable de reacciones alérgicas graves. Pero es que el exceso de humedad también propicia la aparición de los hongos.
La importancia de los colores
La elección de los colores a la hora de decorar no debería tomarse a la ligera. De hecho, los colores son emociones. Y es que la cromoterapia estudia los efectos de los colores en la mente y en nuestro bienestar. Así pues, los colores pueden cambiar nuestro estado de ánimo, ayudar a combatir una migraña, a subir o bajar la temperatura corporal e incluso a abrir nuestro apetito. En un hogar saludable los colores de las estancias son, pues, muy relevantes.