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Arranque auspicioso de la Competencia Internacional de Mar del Plata
POR REDACCIÓN
10 de noviembre de 2019
El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata arrancó hoy las proyecciones de su Competencia Internacional con dos películas de geografías y concepciones opuestas pero ambas de sólida estructura y atrapante relato cinematográfico en un auspicio comienzo del certamen. En primer turno se vio "O que arde", un filme del realizador gallego nacido en Francia Olivier Laxe que con precisa y particular mirada explora el territorio de una pequeña aldea española en la cadena montañosa de Los Ancares, a 50 kilómetros de Lugo. De demoledora carga pictórica, con cuadros de insondable belleza debidos al director de fotografía Mauro Herece, el filme de Laxe relata la vuelta a la aldea de un hombre que cumplió prisión por pirómano y entre muchas cosas discurre sobre el progreso y el tiempo detenido de la Galicia rural, las desventuras sociales y el refugio de amor entre una madre y un hijo mayor. Laxe elige una cierta economía de diálogos aunque no de situaciones y mucho menos de imagen, que por por momentos y en exquisita combinación con la música adquiere una presencia devastadora. La cinta, rodada en 16 milímetros, llegó al Festival con buenos antecedentes, después de haber ganado el Premio del Jurado de la sección oficial Un Certain Regard de Cannes, donde tuvo su premiere mundial en mayo pasado y no decepcionó en su debut argentino. "La película se fue reescribiendo continuamente y durante el rodaje: escribimos, ensayamos, rodamos, cambiamos el guión siguiendo las intenciones anímicas que suponemos ir despertando en el público que va siguiendo la historia", contó en rueda de prensa posterior a la proyección el guionista del filme, el argentino Santiago Fillol, radicado en España hace años. "Había dos cosas que el director quería: rodar incendios reales y a la vez contar las complejidades humanas de Galicia", relató Fillol sobre el filme que se fue construyendo por fuera de los estándares de la industria, en tres veranos sucesivos y un invierno, en poblados gallegos a 1000 metros de altura sobre el nivel del mar y con prácticas en las brigadas de bomberos de la zona por parte del equipo técnico del filme para después poder rodar las escenas de incendios forestales reales. También llegó a Mar del Plata a acompañar la proyección del filme, Amador Arias, que junto a Benedicta Sánchez componen una dupla actoral insoslayable, ambos sin experiencia previa, y que en el caso de Arias tiene la particularidad de que durante años fue agente medioambientalista de la zona. "Durante 30 años yo cazaba a tipos que producían incendios, es muy compleja la situación, si provocas un incendio allí quedas marcado de por vida y debes emigrar si quieres continuar hacia adelante", relató en Mar del Plata. La segunda película que se vio hoy en la Competencia Internacional de Mar del Plata fue "Scattered Night", un bello drama familiar sobre una pareja con dos hijos que atraviesa una separación y sobre la aterradora inestabilidad que puede circundar a los niños ante las irresoluciones y conflictos abiertos por los padres. Opera prima de las realizadoras surcoreanas Lee Jihyoung y Sol Kim, a diferencia de "O que arde", "Scatered Night" es un relato urbano, de espacios a veces reducidos y climas familiares trabajados con delicadeza y sin caer nunca en el esterotipo de lo previsible. Con pequeñas situaciones, miradas, preguntas o vacilaciones, las realizadores van dotando al material de una consistencia que crece plano a planto y se vuelve atrapante. Lo que se discute en "Scattered Night" es aquello que se parte, lo que se quiebra, lo que ya no será como antes, el temor de los niños ante la pérdida, lo que no vuelve.
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